Los derechos del dueño de un móvil, en relación a las fuerzas de la Ley, siguen generando polémica. Desde el pasado 1 de octubre, una actualización de la Ley de Aduanas e Impuestos especiales de Nueva Zelanda permite a los agentes de aduanas de los aeropuertos pedir a los pasajeros que desbloqueen su móvil, para inspeccionarlo. Si se niegan, pueden ser multados con hasta 5.000 dólares.
Las autoridades neozelandesas lo equiparan a «abrir la maleta» cuando existen sospechas, pero la realidad es que un móvil transporta mucha más información confidencial y personal que una simple maleta.
El portavoz de la aduana, Terry Brown, asegura que solo revisarán el dispositivo en sí, sin acceder a la nube, poniendo el teléfono en modo avión. Según este portavoz la razón de inspeccionar los móviles en el aeropuerto tiene que ver con “las maneras más sofisticadas de pasar cosas por la frontera“.
La norma establece que las autoridades pueden revisar el móvil u otros dispositivos electrónicos de cualquier viajero siempre que exista un motivo de sospecha razonable.
Del mismo modo que no examinan la maleta a todo el mundo, el desbloqueo del móvil en la aduana solo se pedirá a las personas que resultan sospechosas. El problema es que la ley no obliga a informar al dueño del teléfono de la razón por la que debe desbloquear el móvil, lo que podría dar lugar a abusos o inspecciones injustificadas.
El usuario no tiene que revelar la clave. Simplemente desbloquear el móvil con la huella o rostro, o introducir la contraseña sin que nadie la vea, para que el smartphone quede desbloqueado y un agente de aduanas pueda examinar su contenido, sin acceder a Internet.
Para evitar abusos, las aduanas de Nueva Zelanda deben informar al Parlamento del número de móviles inspeccionados al año…