No todos los artículos y amenities que entregan las aerolíneas para que el vuelo sea más confortable son un obsequio o están incluidos en el billete. El abuso de confianza llega al punto de que hubo casos de pasajeros que se llevaron (o más bien robaron) los salvavidas de los asientos.
Hace pocos días Cathay Pacific abrió una investigación para poner freno al robo de helados y pan que desaparecía de sus cocinas.
Más lejos tuvo que ir Emirates, que en el bar de la primera clase del A380 tuvo que quitar de los aparadores bebidas como Dom Perignon, Hennessy Paradis o Tesero porque había pasajeros que se lo robaban en algún descuido de los tripulantes de cabina. Quien quiera probarlas, tendrá que buscarlas en la carta.
Ante estas situaciones, cabría repasar qué se regala y qué no en un vuelo.
Amenities de aseo
El pequeño estuche con objetos de aseo y confort es un regalo. Se entrega en las categorías superiores de las aerolíneas tradicionales, e incluyen cremas corporales, colonia, gel para manos, cepillo de dientes, pasta dental; así como calcetines, auriculares, antifaz, quizás algún peine; etcétera.
Si es que una persona lo deja intacto –hay viajeros frecuentes que podrían abrir una perfumería tras un año de vuelos–, se supone que quedará para otro pasajero.
Por ello, cuando se desembarca de un vuelo, nunca faltan pasajeros de la clase económica que al pasar por la cabina de business echan una rápida mirada a ver si quedó alguna maletita sin tocar.
Auriculares
Si es que la aerolínea entrega auriculares y luego los reclama, se supone que no es para llevarlos a casa.
Hasta hace pocos años las conexiones para este accesorio eran de doble entrada, una forma de evitar el saqueo de estos accesorios. Pero actualmente las conexiones son de mini jack, por si un pasajero quiere usar sus auriculares.
Muchas aerolíneas de bajo coste, como Level, Ryanair o Easyjet los venden a bordo, una forma más de redondear su negocio con ingresos extras.
En la primera clase, business y económica premium se entregan auriculares más sofisticados, que permiten aislar mejor los sonidos de los motores. Para evitar una situación embarazosa, mejor preguntar a los tripulantes si uno se lo puede llevar.
Mantas y almohadas
No, estos objetos no son un regalo. Las mantas se recogen al final del vuelo, se limpian en lavadoras industriales y se redistribuyen para nuevos viajes.
En todo caso, algunas aerolíneas –como en EEUU- las ponen en venta en sus revistas de a bordo.
Sin embargo, los pijamas que se ofrecen en la primera clase de aerolíneas más exclusivas como Emirates o en la nueva business de Virgin Atlantic (donde pueden ser personalizados) sí son un regalo.
Revistas
Sí, es posible llevarse a casa o al hotel la revista que se entrega en el vuelo. Incluso algunas ofrecen suscripciones por si al ocasional lector le interesa los contenidos.
Es posible que en un futuro cercano las revistas pasen a la historia. En su afán de reducir costes con una disminución del peso hay compañías que cambiaron a un papel más liviano, y otras prefieren ofrecer contenidos on line antes que tener un pequeño kiosco a bordo…
Comida y cubiertos
Los cubiertos metálicos, así como el salero, los vasos y platos de las clases superiores tiene que ser devueltos…