Un Boeing 767 de American Airlines con 160 pasajeeros a bordo se incendió el pasado viernes en el aeropuerto internacional O’Hare de Chicago cuando se disponía a despegar hacia Miami. El mismo día, pero en el aeropuerto de Fort Lauderdale-Hollywood, al norte de Miami, se incendió un MD-10 de la empresa de mensajería FedEx.
En el caso del avión de American Airlines, el piloto abortó el despegue y ordenó el desalojo de los pasajeros en una pista al producirse una avería inusual y grave en uno de los motores, según fuentes de la compañía, mientras que la Administración Federal de Aviación (FAA) atribullo el incendio del motor tras el estallido de un neumático.
Imágenes difundidas a través de las redes sociales dejaban ver lamas y una densa columna de humo negro saliendo de un costado del Boeing 767 en la pista después de que fuera abortado el despegue. Más de 20m pasajeros resultaron contusionados al descender por los toboganes de emergencia y atravesando el campo próximo a la pista. El ala derecha del avión colgaba hasta el suelo y parecía parcialmente derretida.
Poco después se registraba otra emergencia en un aeropuerto de Florida. Un avión de carga de la compañía Fedex, procedente de Memphis, se incendió cuando tomaba tierra por una avería en el tren de aterrizaje. Los pilotos resultaron ilesos. Se suspendieron los despegues durante algunas horas y una de las pistas continuó cerrada para investigar las causas de lo ocurrido…
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