Las vacaciones de un médico otorrinolaringólogo de Bariloche tuvieron un giro inesperado cuando regresaba en un vuelo desde Cuba. Pablo Masoero, médico del sanatorio San Carlos y del IMO debió remitirse a aquellas prácticas de la residencia de la facultad para asistir a una mujer que estaba a punto de dar a luz a 37 mil pies de altura.
Una hora después de despegar desde La Habana hacia Bogotá, la azafata de Avianca solicitó la presencia de un médico. "Por favor que no sea un parto" pensó Pablo, el único doctor entre los pasajeros.
"Cuando me acerqué vi que era una chica de Angola y encima como para agregarle un poquito de picante la chica no hablaba español ni inglés, sólo un poco de portugué" relató el médico a B2000 apenas llegó a Bariloche.
Con la colaboración de un pasajero brasileño como traductor y de las azafatas "fuimos sacándole información y nos dijo que estaba de 6 meses, pero creo que era de má" sostuvo. Las aerolíneas exigen rigurosas normas para las mujeres que gestan un embarazo de más de 7 meses por los riesgos para volar. Por eso, una de las posibilidades que se barajan es que la pasajera haya declarado un tiempo menor para poder viajar.
"La chica dijo que tenía dolor y que cuando fue al baño tuvo mucha pérdida de líquido por lo que sospechamos que había roto bolsa así que ya se venía. En un momento se empezó a sacar la ropa, así que me dije: bueno, ya está" recuerda.
Mientras el piloto desviaba el vuelo hacia Cartagena para hacer un aterrizaje de emergencia, la mujer fue acostada en la fila de tres asientos con la cabeza hacia el pasillo, y Pablo se acomodó sobre la ventanilla. "Cuando la empiezo a revisar y abre las piernas ya vi la cabeza así que fue un parto que lo hizo más ella que yo. Realmente hice poco y nada, estuve para ayudarla a ella" expresó con humildad.
El bebé pesó dos kilos, lloró y tuvo buenos reflejos, informó Pablo. "El avión tiene un kit de seguridad muy básico, justo estaba mi novia que es bioquÃmica así que me dio una mano, le pusimos todas las cosas, la cubrimos con mantas y no faltó uno que quiso filmar pero le dijimos que no, que era un momento intimo" explicó.
Según calcula, el parto duró 20 minutos y como estaban a punto de aterrizar, dejaron que la expulsión de la placenta la practiquen los médicos que aguardaban el avión en la pista.
El bebé fue internado en un hospital de Colombia e iniciaron los trámites para determinar la nacionalidad del bebé. Pablo y su novia continuaron el viaje y en cada aeropuerto que hicieron escala "nos recibieron con bombos y platillos, con muchos regalos: nos trataron como estrellas de rock" contó entre risas.
El médico reflexionó que aunque fue una linda historia, "tranquilamente podría haber sido una desgracia o podría no haber habido un médico". Por eso, pidió a las mujeres ser conscientes al declarar la cantidad de semanas de embarazo para volar…