La joven estadounidense Rebekka Garvison, quien vive de la ciudad de Kalamazoo (Michigan), compartió en Facebook una singular historia sobre su pequeña hija, Rylee. Parecía que su bebé no iba a parar de llorar durante un viaje de avión, pero fue calmada por una extraña.
Garvison estaba en la ciudad de Chicago y pretendía llegar Atlanta para sorprender a su esposo, un militar en actividad.
A penas abordo un vehÃculo de la aerolínea Spirit Air, Rylee empezó a llorar fuertemente. Todos sus intentos por calmarla fueron en vano, explicó en Facebook.
Los pasajeros que estaban cerca de Garvison se mostraron sumamente incómodos. Rebekka decidió cambiarse de lugar, pero ni aun así sosegó a su hija.
Sin embargo, una extraña se acercó y preguntó a la madre si podía calmar a la infante. El resultado fue sorprendente…