Las principales aerolíneas de la Unión Europea (UE) reclamaron hoy para su sector menos impuestos y mayor inversión pública en tecnología para mejorar la seguridad, así como aeropuertos más eficientes en lugar de joyas arquitectónicas que encarecen el precio de sus billetes.
«Nuestros clientes quieren menos palacios de mármol», declaró el presidente de la aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair, Michael O’Rielly, en la cita anual de la asociación aérea europea Airlines for Europe (A4E), que reúne a 15 aerolíneas que representan al 75 % del tráfico de pasajeros de la UE.
O’Rielly criticó que «los aeropuertos toman decisiones de inversión sin consultar a las compañías aéreas» y luego les cargan por las nuevas infraestructuras, que tienen que repercutir esos costes en las tarifas que aplican a los pasajeros.
El presidente de Ryanair atacó también la cultura monopolista de los aeropuertos y lamentó que en «muchas ciudades» no haya competencia, por ejemplo en Amsterdam, Lisboa o Varsovia, donde, a su juicio, se impide que emerjan aeropuertos secundarios que harían más competitivo el negocio.
En una cita en la que se dejó de lado el impacto del «brexit» sobre el sector, pues los miembros de A4E no han fijado una posición conjunta sobre los desafíos del abandono de la UE por parte del Reino Unido, los grandes patrones de la aviación europea se centraron en repasar las tradicionales exigencias de la industria.
Una de ellas pasa por pedir a los Estados que eliminen los 6.000 millones de euros en tasas sobre la aviación que los pasajeros pagaron en 2017 pues, a juicio del presidente de la británica easyJet, Johan Lundgren, aumentaría la actividad económica y la generación de empleos.
«Acabad con los impuestos estúpidos», señaló O’Rielly, quien citó el ejemplo de países con altas tasas de paro como España, Grecia o Portugal y dijo no comprender «cómo los gobiernos no entienden la conexión entre impuestos y trabajo».
En la misma línea, el presidente de la española Volotea, Carlos Muñoz, recordó que las tarifas en la UE han caído un 50 % en los últimos diez años, de una media de 199 a 96 euros por trayecto, y que seguirían cayendo con menos tasas…