Aerolíneas Argentinas convocará a una licitación internacional en los primeros meses de 2018 para renovar toda la flota de aviones Embraer (26 unidades), a la vez que venderá los 24 aviones propios de ese modelo en un plazo estimado de tres años. Un mercado potencial para la operación es China, donde las nuevas aerolíneas deben ingresar con aviones de menos de 100 pasajeros.
En la presentación del primer Boeing 737-800 Max 8 de los cinco que alquiló la compañía para ampliar su capacidad de transporte de pasajeros, su presidente, Mario Dell’Acqua adelantó a LA NACION que ya cuentan con la autorización para el cambio de flota; en tres años, ampliarán el 60% la cantidad de asientos. Los nuevos modelos tienen 180 asientos, contra 96 de los Embraer. Terminada esa operación, comenzará el reemplazo de los Airbus 330 que se usan para vuelos internacionales.
La presunción es que de la licitación participarán las cuatro grandes -Boeing, Embraer, Bombardier y Airbus-, pero no hay decisión sobre si las próximas unidades se comprarán o se usará el sistema de leasing: «Depende de los oferentes y de los costos. Por las condiciones del país y por las nuestras como compañía de bandera, las tasas que ofrecen in voce los fabricantes están 25% debajo de las que teníamos», dijo el directivo. Dell’Acqua explicó que los Embraer -que son ágiles e ideales para un mercado no maduro- tienen un mayor costo por pasajero, por lo que se emplearán en aeropuertos que todavía no están en condiciones de recibir aviones de más porte (como el de La Rioja o el de Río Cuarto) y en horarios en los que vuela menos gente.
En el caso de los Airbus 330 (la empresa tiene una decena), se deben usar hasta 2021; de los seis 340 que tenía la compañía quedan cuatro. Dos dejaron de operar ahora y dos más lo harán en el primer trimestre de 2018; los otros continuarán hasta 2019.
La modernización de la flota le permitirá a Aerolíneas Argentinas «ganar competitividad y aprovechar nuevas oportunidades en el mercado», afirmó Dell’Acqua. En esa línea, planteó que la decisión de dejar de volar a Barcelona «costó mucho», pero se tomó porque la ruta era «débil» en lo comercial. En cambio, afirmó que la conexión a Roma -deficitaria a inicios de esta gestión- es una de las «más saludables» después de que se puso una frecuencia diaria…