En enero de este año, después de un arduo trabajo que requirió mucha imaginación, los accionistas de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas (el Estado y los representantes de los trabajadores, las PPP) aprobaron finalmente los balances 2014 y 2015, como uno solo, correspondientes a la última etapa de la gestión de Mariano Recalde. Los mismos fueron aprobados pese a las posiciones que adoptaron las consultoras externas encargadas oportunamente de auditar los balances -KPMG para el 2014 y PriceWaterhouse para el 2015- y la Auditoria General de la Nación (AGN) de excusarse al "no poder emitir dictamen dada la ausencia de información confiable".
La postura fue también avalada por la empresa, que lo dejó asentado, ya que no solo faltaba información sino que los responsables de entonces ya no estaban en la compañía. La aprobación de estos balances posibilitaba que pudieran aprobarse los correspondientes a 2016 y 2017, éste último el 31 de mayo, finalmente, en los plazos que establece la ley. Algo que no había ocurrido en mucho tiempo. Ahora, según pudo averiguar Aviación News, los balances estarían listos para que los trate en estos días la Asamblea de Accionistas.
Los resultados del de 2016 son mejores que los del año anterior, el último de Recalde, y el de 2017 también mejora respecto al de 2016, gestión a cargo de Isela Costantini. Se descarta que los nuevos resultados contables serán aprobados teniendo en cuenta la mayoría que ostenta el Estado en ambas sociedades. Aunque los gremios, a través de la PPP, ya habrían hecho saber que objetarán los valores que se le fijaron a los aviones. En el caso de Aerolíneas, los mismos, habrían sido sobrevaluados, mientras que en Austral infravalorados. La objeción vendría más por el lado de APLA (pilotos de Aerolíneas) ya que a UALA (pilotos de Austral) lo único que les interesa es que se vayan los Embraer.