El aeródromo capitalino obtuvo el martes 13 de noviembre la certificación Nivel III de optimización de procesos por parte del Consejo Internacional de Aeropuertos.
Uso de luminarias LED, de vehículos eléctricos, separación de desechos y tratamiento de aguas residuales son algunas de las prácticas implementadas en el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito.
Estos hábitos permitieron que el nivel de emisiones del aeródromo capitalino se redujera desde las 5.534 toneladas (t) de carbono registradas en 2014 hasta las 4.715 t medidas este año.
El logro hizo que el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por sus siglas en inglés) reconociera a la infraestructura con el Nivel III de Optimización.
Luis Galárraga, vocero del concesionario que maneja el Mariscal Sucre (Quiport), comenta que en la región únicamente el aeropuerto de Baltra (Galápagos), que es ecológico, supera la categorización lograda por el aeródromo de la capital ecuatoriana.
El funcionario narra que el primer paso fue mapear hace cuatro años la huella de carbono producida por las operaciones aeroportuarias y con ello se logró el Nivel I.
El siguiente escalón fue la implementación de prácticas amigables con el ambiente como las descritas al inicio, lo que llevó al ACI a otorgar el Nivel II.
En tanto, el reconocimiento otorgado la pasada semana proviene de la incorporación constante de 15 de las empresas que ofrecen servicios en el aeropuerto a las operaciones medioambientalmente amigables.
Un ejemplo de ello es la utilización paulatina de vehículos eléctricos por parte de la compañía SEMA, encargada del transporte de carga, equipaje, escalerillas, etc., hacia los aviones…