El grupo de aerolíneas Air France-KLM, que incluye a otras como Transavia, solicita la ayuda de los países que forman parte de su accionariado, Francia y Países Bajos, cada uno de ellos con una participación del 14%, para no acabar quebraba por el daño del coronavirus que se traduce en una reducción del 95% de su actividad.
La directora general de Air France, Anne Rigail, reconoce en una entrevista concedida al periódico francés Le FIgaró que tienen conversaciones con París y Amsterdam en las que evalúan esta posibilidad de la intervención estatal, aunque no precisa las fórmulas.
Rigail tiene claro que la ayuda tiene que ser rápida y añade que las medidas puestas por Francia como el aplazamiento de impuestos o el pago de salarios por parte del estado no son suficientes.
“Eso no bastará”, expone Rigail, y añade que el grupo ha tenido que parar sus inversiones. Aunque agradece la ayuda prestada de ambos gobiernos les pide más al asegurar que su intervención es “absolutamente necesaria”.
La industria apoya los rescates
Air France-KLM se une así a la visión de la organización del sector, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que pide ayudas por valor de 185.000 millones de euros “simplemente para sobrevivir», declaraba al inicio de la crisis del Covid-19 el director general de la IATA, Alexander de Juniac.
Las estimaciones de esta asociación pasan por 1,1 millones de vuelos suspendidos hasta junio y unas pérdidas de ingresos de hasta 235.000 millones de euros, en la que han calificado como una crisis más dura que la sucedida tras los atentados 11 de septiembre.
Con unas compañías donde los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTES) se aplican a casi la totalidad de los trabajadores y con un sector sin fecha clara de vuelta a la actividad, las quiebras se asoman en el corto plazo a no ser que aparezcan concentraciones y operaciones corporativas.
Mientras, los países europeos y los Estados Unidos mueven ficha para proteger a un sector estratégico para las naciones. Dentro del paquete de 2,2 billones de euros de Washington para frenar el impacto del coronavirus sobre la economía estadounidense se incluye una línea de crédito de 61.000 millones de dólares, divido al 50% entre inyección de liquidez directa o préstamos federales, bajo la condición de que el gobierno tome una participación de relevancia en las compañías…