Por la realización de asambleas gremiales entre los controladores del tráfico aéreo durante media mañana, hubo ayer demoras y cancelaciones en el aeroparque Jorge Newbery. Se registraron allí retrasos de hasta siete horas en la partida de los vuelos y por lo menos ocho servicios, la mayoría pertenecientes a la empresa Aerolíneas Argentinas, debieron ser suspendidos y reprogramados. Los problemas afectaron a aeropuertos de todo el país y el fastidio de los pasajeros varados se hizo notar.
Desde las 4.35 hasta las 7 no hubo inconvenientes, pero a partir de esa hora los controladores aéreos agrupados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) desarrollaron asambleas en terminales de distintos puntos del país, lo que complicó el normal funcionamiento de los servicios.
En una misiva presentada el viernes último en el Ministerio de Trabajo nacional, los delegados habían declarado «el estado de alerta y movilización con quite de colaboración en todo el país» y anunciado que el primer día de febrero (ayer) comenzarían con la medida.
Marcelo Belelli, delegado de ATE, indicó a LA NACION que se realizaron reuniones informativas. «Sin ninguna comunicación previa de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), nos juntamos para plantear los reclamos, como el pase a planta permanente o los acuerdos de seguridad que habíamos firmado con la gestión anterior», agregó el gremialista tras un encuentro con autoridades de la cartera laboral que se repetirá mañana.
Belelli interpretó que «no hubo paro» y que «la dinámica de la asamblea redujo la cantidad de personal trabajando, lo que generó demoras en, por ejemplo, la confección de los planes de vuelo»…
