La batalla para cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, Estado de México, y la negociación con los inversionistas y contratistas va para largo, explicó Sergio Chagoya, socio del despacho de abogados Santamarina + Steta.
Lo anterior aun cuando el nuevo gobierno mexicano tuvo éxito con su oferta para recomprar 1,800 millones de dólares de 6,000 millones de deuda contraída en el extranjero para financiar la construcción de la terminal aérea.
También obtuvo el consentimiento de más de 70% de los bonistas para cambiar ciertas cláusulas de garantía de pago en el contrato original.
Tras este primer avance, el siguiente paso es cancelar los bonos adquiridos y cambiar las condiciones en los contratos, dijo el abogado en entrevista telefónica.
En este camino aún falta que el gobierno negocie con los inversionistas del Fibra E, colocado en la Bolsa Mexicana de Valores por un monto de 30,000 millones de pesos (alrededor de 1,600 millones de dólares) para fondear la construcción del NAIM.
“Desde el punto de vista jurídico la negociación con el Fibra E no es diferente a la negociación de los bonos, las únicas diferencias que pudieran existir dependerán del prospecto de colocación, si hay una especie de covenats o de comisiones particulares, pero en principio el tratamiento debería ser igual”, explicó Chagoya.
Ahora “lo que procede será cancelar el proyecto en Texcoco y empezar a construir el aeropuerto en Santa Lucía, que se espera sea hacia marzo del 2019”, indicó por su parte en un reporte CIBanco.
Otros planes
Con la cancelación del NAIM, el plan es crear una red metropolitana con la que operarían alternamente tres aeropuertos: Benito Juárez, Toluca y la Base Aérea Santa Lucía, en este último se planea construir tres pistas.
La administración federal del presidente Andrés Manuel López Obrador se propone cancelar la construcción del nuevo aeropuerto internacional, que actualmente reporta 37% de avance de obra.
El proyecto, que tendría una inversión estimada de 13,300 millones de dólares, aliviaría los problemas de saturación que presenta el aeropuerto internacional Benito Juárez, que actualmente opera en la Ciudad de México.
Para financiar la obra del NAIM en el 2016 y el 2017 se emitieron bonos verdes por 6,000 millones de dólares entre inversionistas extranjeros, en su mayoría, y se colocó un Fibra E en el mercado local por otros 1,600 millones de dólares en este 2018.
El pago se garantizó con la Tarifa de Uso Aeroportuario de la terminal Benito Juárez y, posteriormente, la fuente de repago sería el mismo concepto generado por el NAIM.
Hace falta ver qué medidas se tomarán para finiquitar el proyecto
Para poder cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el nuevo gobierno federal ofreció a los bonistas comprar una parte de la deuda, la cual, tras dos propuestas, cerró con éxito y una gran mayoría de los tenedores de bonos aceptó las nuevas garantías de pago.
La deuda pendiente del NAIM por la emisión de deuda en el extranjero es de 4,200 millones de dólares.
“Afortunadamente, para la nueva administración federal, la oferta de recompra fue aceptada por los tenedores, por lo que ahora procederá a la liquidación y se amortiza esta parte importante de los instrumentos”, puntualizó Sergio Chagoya, socio de Santamarina + Steta.
“Los siguientes pasos serán terminar con el listado de los instrumentos en los sistemas de cotización bursátil, continuar con las asambleas para los instrumentos que quedan pendientes y, una vez que sean aceptadas las condiciones, ir estructurando toda la cancelación legal del proyecto del aeropuerto de Texcoco”, añadió el abogado.
Ante la terminación anticipada de la concesión, falta conocer qué medidas se tomarán para demoler el avance de las obras, dijo…