Se estima que la aviación es la responsable del 2,5 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo. Según la Organización de Aviación Civil Internacional (Icao), el uso de combustibles, como el queroseno de aviación, es el principal causante del impacto negativo al medioambiente que genera esta industria.
Razón por la que en 2021 la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) estableció un compromiso con las 290 aerolíneas que la conforman para reducir gradualmente, de aquí a 2050, las emisiones netas de CO2 de la aviación comercial.
Para lograrlo, uno de los caminos con mayor oportunidad en Colombia es la producción de combustibles sostenibles de aviación (SAF), que tienen la capacidad de reducir hasta en un 80 por ciento las emisiones de carbono durante su ciclo de vida. De acuerdo con María Lara, directora de Asuntos Corporativos de LATAM Airlines Colombia, se deben “propiciar las condiciones habilitantes para que el país entre rápidamente en un escenario global de productores de SAF, ya que tiene un gran potencial de mercado”.
Entre las oportunidades, la directiva resalta que Colombia tiene un potencial en términos de biomasa de alrededor de 77 millones de toneladas al año, proveniente de residuos forestales, agrícolas y sólidos orgánicos, entre otros. Por eso, el país se proyecta, junto a Brasil, como uno de los grandes productores de ese tipo de combustibles en la región.
Asimismo, señala que la producción de estos combustibles tiene un impacto en la generación de empleo en el sector agrícola, aumenta la competitividad en materia de transición energética para las aerolíneas latinoamericanas y posiciona los productos colombianos con el valor añadido de un transporte a base de biocombustibles…