Que el petróleo sea más barato no siempre es una buena noticia para las compañías aéreas. Los carriers estadounidenses se encuentran en su peor momento desde 2011 cuando un año caracterizado por los menores costos de combustible ha aumentado la competencia por captar clientes con tarifas más reducidas y la aparición de nuevas rutas.
Algunas aerolíneas se están expandiendo más rápido que la economía de Estados Unidos y ofrecen vuelos más baratos cuando el desplome en los mercados mundiales de crudo ha reducido el costo del combustible de aviación, el mayor gasto de la industria.
American ya ha advertido que «competirá agresivamente» en contra de los descuentos que se están acumulando en los asientos, dijo a Bloomberg Doug Parker, presidente ejecutivo de la línea aérea.
«La gente ve aumentos de capacidad y leen historias sobre compañías aéreas compitiendo en precio, entonces empiezan a inquietarse», señaló por su parte Mike Kelley, analista senior de deuda de alto rendimiento de Invesco en Atlanta, en alusión a la caída de las acciones de las líneas aéreas ante el temor de un inicio de una guerra de tarifas.
Los inversionistas están preocupados por que las reducciones de las tarifas pesen en una industria que hace poco volvió a obtener beneficios después de miles de millones en pérdidas en la última década.
Sin ventajas
Si bien sugirió que el reciente crecimiento de asientos disponibles podría ser temporal, Parker aseveró que American no permitirá que sus rivales se apoderen de los pasajeros con gangas. «No vamos a perder clientes por precio», sostuvo Parker. «No vamos a darle ventaja a nadie ni permitirles que se expandan a un ritmo que nos quita clientes y que no es bueno para nuestros accionistas»…