A las 8 de la mañana de hoy, el Aeropuerto Regional de La Araucanía recibiría sus primeros vuelos. Las aerolíneas fueron avisadas por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) que el lunes terminaban las operaciones del Aeropuerto Maquehue y que desde el martes, el nuevo destino era la terminal ubicada en la comuna de Freire, a 20 kilómetros de Temuco.
Sin embargo, a menos de 24 horas de la inauguración, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) decidió suspender todo, luego que un grupo de desconocidos ingresara el fin de semana al recinto aéreo y rompiera 27 luces de borde de pista, una luz rail y dañara la pintura de señales, además de rayar los muros con consignas como «sin tierras no hay vuelos».
Según el coordinador de Concesiones del MOP, Eric Martin, «ingresaron miembros de una comunidad mapuche del sector y su ingreso perturbó algunas luces de aproximación. La DGAC se hará cargo de confirmar que todo está en perfectas condiciones».
Se espera que el comienzo de las operaciones del aeropuerto no sobrepase de la próxima semana, no obstante, Martin señaló que «hay que corregir y limpiar, y cuando eso esté en buenas condiciones, principalmente la operación de las pistas, podrá iniciar su actividad comercial».
PETITORIO MAPUCHE
Las comunidades mapuches que residen en las tierras aledañas se han opuesto desde el inicio al aeropuerto. Además de la agrupación Ayún Mapu -con cinco familias-, se oponen a la entrada en vigencia de la terminal otros nueve grupos familiares de las comunidades de Mahuidache y Rucahueu.
Fueron precisamente los primeros quienes presentaron un petitorio como condición para permitir que los vuelos funcionen correctamente.
El presidente de la agrupación, Iván Reyes, señaló que «las autoridades no nos han dado respuesta desde que se inició la construcción del aeropuerto, y una de ellas es la entrega de tierras para mi comunidad, lo cual se ha prometido, pero no cumplen». Otro de los puntos es que el Estado pague una indemnización «por las tierras que nos quitaron para construir el aeropuerto».
La última solicitud tiene que ver con que «tengamos mayor participación política y en la administración del aeropuerto, para que podamos tener alguna forma de ingreso monetario», y sentenció que mientras no se les den respuestas positivas, buscarán distintas formas para oponerse a la operación de las aeronaves.
Desde el gobierno, en tanto, Eric Martin indicó que se mantendrán las mesas de trabajo con las comunidades afectadas: «Desde que inició el proyecto, en 2006, hay trabajos con las comunidades, pero hay algunas que no están del todo conformes. El aeropuerto trae gran beneficio social y, por lo tanto, hay que ver cómo atender sus requerimientos y satisfacerlos, en la medida que se armoniza con el trabajo social del resto de la región».
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