China desarrolla el sector aéreo a su acostumbrado ritmo supersónico. Cualquier ciudad de provincias cuenta con uno o dos flamantes aeropuertos, las aerolíneas se multiplican, el tráfico aéreo se dispara con la pujante clase media y Pekín construye un avión que rivalizará con Airbus y Boeing. Todo en un notable cuadro de seguridad en un país aún en vías de desarrollo y con el tamaño de un continente: no ha registrado un accidente grave en 15 años. Sólo la puntualidad se resiste.
Flightstats, una empresa que recoge estadísticas aéreas, confirmó que la hora de salida de un vuelo chino tiene valor orientativo. El país cuenta con dos de los aeropuertos internacionales más impuntuales del mundo y ocupa la mayoría de posiciones en la lista asiática. Sólo el 18% de los vuelos salieron a su hora de Pekín y el 28% desde Shanghái en junio (se entienden como puntuales los vuelos con retrasos inferiores a 15 minutos). Ni un solo aeropuerto nacional superó el 50% de eficacia. Incluso Hong Kong ha perdido la puntualidad británica y con un 64% de vuelos en hora ocupa el puesto 29 de los 35 mayores aeropuertos del mundo. La lista coloca a Madrid en un respetable noveno lugar con casi un 80% de salidas puntuales.
Una azafata de Hong Kong Airlines que pide anonimato confirma que la mayoría de sus compañeras rehúyen los servicios a Pekín, Shanghái o Chengdu. «Las esperas se dan por descontadas. ¿Quién quiere estar ante una muchedumbre que lleva ocho horas en el aeropuerto? Se pelean contra nosotros o entre ellos», cuenta por teléfono. Los chinos, continúa, han ganado en agresividad en los últimos años, pero aún quedan muy lejos de los rusos…