La puntualidad es el factor que más valora un pasajero cuando aborda un avión. Las aerolíneas son conscientes de esta circunstancia y realizan todos los esfuerzos por mejorar sus índices. Pero no es asunto sencillo y no siempre lo consiguen. ¿Qué métodos y medios emplean las compañías para conseguir que un vuelo despegue o aterrice en hora?; ¿cuánta gente participa en este complicado proceso?; ¿cuáles son las causas de la impuntualidad?
Para responder a estas y a otras preguntas, EL PAÃS ha podido entrar en las entrañas de los centros de Iberia desde donde se controlan sus vuelos, tanto en su sede como en el aeropuerto de Madrid-Barajas, y ha seguido todo el proceso desde que un avión se programa hasta su salida, a pie de pista.
Iberia tiene el cetro de la aerolínea más puntual del mundo en 2016, tras una remontada desde el cuarto lugar en 2013, según datos de la consultora FlightStats. En enero, el 91,1% de los 14.534 vuelos operados llegaron en hora. Para llegar a ese liderazgo, la compañía española del grupo IAG inició una revolución y le dio un vuelco a sus malas cifras de puntualidad que hacían que, en un sector con una competencia feroz, se les fugaran pasajeros hacia las compañías low cost o a otras con mejores índices de puntualidad.
Uno de los artÃfices de esta transformación es Rafael Hoyos, que accedió a su cargo de director de Producción en 2013, y puso patas arriba la vieja organización de los vuelos de la antigua compañía de bandera. "Hemos cambiado los procesos y los sistemas pero sobre todo, la mentalidad de nuestra gente. Le hemos hecho comprender que no es lo mismo salir en hora que hacerlo 40 minutos tarde con todos los pasajeros malhumorados. Es una cuestión fundamental porque afecta a la supervivencia de la compañía", indica Hoyos.
Hay dos sitios neurálgicos desde donde Iberia controla cada vuelo, el personal involucrado en la operación y cualquier incidencia que suceda, tanto en el aire como en tierra. El primero es el Centro de Control Operativo (CCO), situado en la sede central de la compañía. Este es el centro neurálgico de la operación de la aerolínea, que custodia 250 vuelos diarios, con 78 aviones y 2.000 tripulantes. Desde su gran pantalla central se puede comprobar la situación de cada vuelo, mientras que en torno a 40 personas controlan desde sus puestos la planificación de los horarios de los vuelos, el mantenimiento de los aviones y la gestión de incidencias…