La atracción de líneas aéreas ha sido la lanza de Costa Rica para consolidarse como destino turístico y de negocios en Europa, al pasar de tener uno a ocho vuelos directos, una estrategia de diversificación para disminuir la dependencia de Estados Unidos.
Esta conectividad es una ventana de oportunidades para el país, no solamente para consolidarse como un destino turístico en el mercado europeo, sino además para el desarrollo de negocios, la promoción del intercambio cultural, las exportaciones y el comercio exterior.
Costa Rica contaba históricamente con un vuelo directo entre el aeropuerto internacional Juan Santamaría, ubicado en las afueras de San José, y el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas, en Madrid, operado por la aerolínea Iberia.
Sin embargo, durante la administración del presidente Luis Guillermo Solís (2014-2018) el país centroamericano ha alcanzado un posicionamiento sin precedentes en los principales mercados europeos.
El mandatario ha manifestado que se trata de una "estrategia definida, articulada y eficaz, que ha dado frutos como nunca antes y que facilitará las oportunidades de nuestro sector productivo y turístico".
Datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) indican que Estados Unidos se consolidó como el principal emisor de turistas en el 2016 con un total de 1.233.277 llegadas, 14,5 % más que en el 2015 y cerca de la mitad del total de turistas que recibe el país centroamericano.
Pero Europa se está convirtiendo en un mercado cada vez más importante para Costa Rica. En el 2016 viajaron un total de 353.326 europeos hacia Costa Rica, un aumento de 12,3 % en comparación con 2015…