El combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) desempeña un papel central en el objetivo de la industria del transporte aéreo de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. El SAF es una solución “drop-in” disponible hoy, que puede implementarse a gran escala según las hojas de ruta hacia cero emisiones netas de IATA.
Para alcanzar este objetivo común, las aerolíneas están adoptando una postura proactiva. Están estableciendo metas internas de adopción de SAF y firmando acuerdos de compra (“offtake agreements”) con productores de SAF y proveedores de combustible.
Desde el primer acuerdo comercial de SAF en 2013, 81 aerolíneas en todo el mundo han anunciado públicamente 170 acuerdos, y cerca del 40% de ellas han anunciado más de uno.
Las aerolíneas cumplen un rol clave en el desarrollo de proyectos de SAF al firmar estos acuerdos de compra. Asegurar la demanda contribuye a reducir el riesgo financiero y aumentar la confianza de los inversionistas, especialmente para las nuevas tecnologías que están desarrollando instalaciones de SAF pioneras.
El compromiso de las aerolíneas va más allá del SAF basado en ésteres hidroprocesados y ácidos grasos (HEFA, por sus siglas en inglés). Aunque alrededor del 60% de los acuerdos involucran HEFA, el 40% restante respalda tecnologías emergentes de SAF.
En detalle, Fischer-Tropsch (FT) representa el 11%, seguido por Power-to-Liquid (PtL) con un 10% y Alcohol-to-Jet (AtJ) con un 8%. De esta forma, las aerolíneas apoyan directamente la diversificación de materias primas para SAF y la ampliación de nuevas tecnologías de producción.
Aunque la participación de las aerolíneas en acuerdos de SAF sigue creciendo, la duración de estos acuerdos se está acortando. Hasta 2023, la duración promedio anunciada superaba los seis años, pero desde enero de 2024 ha bajado a poco más de dos años. Este cambio refleja el aumento esperado en la capacidad de producción de HEFA a nivel global y su precio más competitivo en comparación con el SAF producido mediante tecnologías emergentes.
La falta de certeza política a largo plazo que mitigue los riesgos asociados con acuerdos prolongados en tecnologías emergentes también explica esta tendencia. Un apoyo político sólido y estable permitiría a las aerolíneas considerar acuerdos a mayor plazo y, en consecuencia, acelerar la diversificación de las tecnologías de producción de SAF.
Los informes semanales «Chart of the Week» del equipo de Economía de IATA ofrecen análisis basados en datos sobre temas actuales relacionados con la industria de la aviación.