Sea por aire, tierra o mar es difícil encontrar alguien que no disfrute viajar de vez en cuando. Y es que aun cuando no siempre sea sinónimo de vacacionar, cambiar de atmósfera viene bien al cuerpo y sobre todo a la mente. Este 27 de septiembre, cuando se celebra el Día mundial del Turismo, deviene momento oportuno para planificar la siguiente escapada pero sobre todo para destacar el impacto del turismo como industria en la visibilización de las culturas y en favor de su desarrollo económico.
«Turismo y Paz” es justo el lema de la jornada este año. La propuesta, hecha desde la Organización Mundial del Turismo (OMT), es una muestra del compromiso del sector con la unidad desde el respeto, al suponerse herramienta en favor del cambio social.
El turismo en Iberoamérica
La riqueza natural, cultural y gastronómica de los países iberoamericanos ofrece motivos suficientes para incentivar el flujo turístico hacia sus destinos. De hecho, según datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), solo en América Latina, se espera antes de terminar el año una contribución de 385,9 mil millones de dólares al PIB de la región, un crecimiento del 6% en comparación con 2019, con gastos de alrededor de 60,5 mil millones de dólares.
De esta manera se prevé que se constituya el 7.9% de la economía regional con más de 18,2 millones antes de finalizar 2024, lo que equivale a uno de cada doce puestos de trabajo.
Pero ahí no acaba. Para 2030 se estima una cifra superior a los 882 mil empleos en el sector turístico. En cambio, en España las previsiones rozan el 15,2% del PIB y el alcance de tres millones de puestos de trabajo, lo que significa un 9,1% más que en 2023. Las estadísticas hablan así del impacto que genera la industria como instrumento para impulsar el bienestar de las comunidades locales y reducir la pobreza…