La Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA) anunció que las aerolíneas que operan en el mercado de América Latina y el Caribe transportaron 4.9 millones de pasajeros en julio, un 87,6% menos, o -34.855.638 pasajeros menos, respecto al año anterior. El tráfico (RPK) disminuyó 88.1% y la capacidad (ASK) disminuyó 83.3%, llevando el factor de ocupación a 62.6%, 25.2 puntos porcentuales menos que en 2019 (ver tabla 1).
Tráfico desde y hacia Latinoamérica y el Caribe
1.028.437 pasajeros viajaron desde y hacia América Latina y el Caribe en julio, 92,2% menos que el año anterior (ver tabla 2). El tráfico (RPK) disminuyó un 88,4% y la capacidad (ASK) disminuyó un 83,1%, lo que llevó el factor de ocupación al 61,6%.
José Ricardo Botelho, Director Ejecutivo y CEO de ALTA, señaló que pese al devastador año para la economía mundial, los datos del Reporte del Tráfico de Pasajeros de la región continuaron marcando una leve recuperación. »
Esta cifra marca un alza significativa respecto al punto más bajo del año registrado en abril, cuando se transportaron 1.1 millón de pasajeros y le da continuidad al mes de junio cuando se reactivaron algunos mercados como Ecuador, Perú y algunos países del Caribe, marcando un ligero despegue en la industria. Definitivamente, julio marcó la reapertura de mercados importantes en el Caribe como República Dominicana, lo cual es un paso importante para el Caribe donde la mayoría de los turistas que visitan la región llegan por vía aérea».
Sin embargo, agregó que «en el acumulado 2020, la reducción del tráfico de pasajeros supera el 56%, lo cual es mayor respecto a las proyecciones de reducción que se hicieron en abril que se aproximaba al 50% para el 2020 respecto a 2019».
Pese a las cifras, desde ALTA se mantienen optimistas y proyectan que continúe la mejoría en los niveles de tráfico de pasajeros, debido a la reactivación de la industria en Panamá (para vuelos de conexión), Costa Rica y Hondura.
«Poco a poco veremos cómo la industria aérea se recuperará, pero es preciso recordar que ese proceso puede tardar entre cinco y seis años, de tal forma que hasta 2025 se verán en la región niveles similares a los reportados durante 2019» sostuvo Botelho y agregó que «para conseguir estas metas con mayor celeridad es preciso que los gobiernos de la región eliminen las barreras de viaje entre los países, sin descuidar las medidas de control de la pandemia, las cuales además de mantenernos sanos nos ayudan a reconstruir la confianza en los viajeros».
«Es el momento oportuno para abrir los cielos y poner en marcha el importante trabajo que se ha realizado con el sector público y privado para lograr armar protocolos coordinados y armonizados destinados a reanimar por completo la cadena del turismo».