La transición energética es difícil porque los sistemas antiguos necesitan cuidado y mantenimiento, mientras nacen los nuevos sistemas. Esos desafíos son más complicados para las economías en desarrollo de África, Asia y América Latina, reconoció Susan Flanagan, presidenta y directora ejecutiva de GE Energy Financial Services (GE EFS).
La funcionaria de GE sostuvo que los mercados en desarrollo, ahora más que nunca, necesitan financiamiento, respaldado por el gobierno, para la generación de energía renovable y gas para lograr una transición energética.
Destacó que los proveedores de capital público, como las agencias de crédito a la exportación (ECA) y las instituciones financieras de desarrollo (DFI), han desempeñado un papel importante en la catalización de la inversión del sector privado, es por ello que se necesitan con urgencia dichos apoyos para cumplir con los objetivos de emisiones netas cero.
Para Flanagan, al proporcionar una gama de herramientas y soluciones, se aumentan las probabilidades de éxito de los proyectos.
En este caso, el capital público juega un papel esencial en la aceleración de los proyectos de infraestructura energética, ya que resuelven el trilema energético, pero sobre todo la sostenibilidad es más urgente para los países más afectados por el cambio climático y, a menudo, expuestos a mayores riesgos ambientales, indicó.
De acuerdo con información de General Electric, Flanagan planteó que para impulsar la descarbonización global y aumentar la electrificación en los países en desarrollo, los formuladores de políticas y las instituciones financieras deben asociarse con los patrocinadores de proyectos, para adaptar las soluciones de capital que mejor se adapten a cada región y país.