La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés) expresó su preocupación por la Resolución CONAC-MPOR emitida el 10 de agosto de 2023, que si aplica como se anunció, restringirá los vuelos comerciales regulares en el Aeropuerto Santos Dumont (SDU) de Río de Janeiro a destinos nacionales dentro de un radio de 400 kilómetros a partir del 2 de enero de 2024.
Al limitar la oferta desde y hacia el aeropuerto de SDU, la resolución restringirá sobre todo la capacidad de elección de los clientes y tendrá un efecto perjudicial en toda la cadena de valor de la aviación y la conectividad de la zona de influencia de Río de Janeiro. Aproximadamente el 60% de los vuelos programados en SDU se dirigen a destinos distintos de São Paulo-Congonhas y Brasilia (que seguirán siendo atendidos en virtud de la nueva resolución) y es poco probable que se transfieran en su totalidad al aeropuerto Galeao de Río de Janeiro.
La aplicación de restricciones de vuelo en el aeropuerto de SDU también contraviene las normas internacionales, lo que socava la seguridad jurídica del país que es un pilar esencial para atraer inversiones extranjeras, además de sentar un mal precedente de restricciones para el país y la región.
Adicionalmente, la medida reduce el atractivo del mercado brasileño, perjudicando el ambiente de negocios en el país debido a la incertidumbre que genera y a la falta de previsibilidad en la aplicación de las normas, los cuales son principios esenciales para el buen funcionamiento del global y complejo sistema de aviación.
«El derecho de un pasajero a elegir adónde volar no debe verse limitado por las autoridades que definen qué destinos pueden ser atendidos desde un aeropuerto. Un sector de la aviación próspero se basa en la dinámica del mercado, por lo que la decisión sobre qué destinos servir desde Santos Dumont debería dejarse en manos de las aerolíneas, teniendo en cuenta el contexto operativo del aeropuerto y la demanda del mercado», dijo Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.
Por lo tanto, IATA ha solicitado respetuosamente al Gobierno de Brasil que reconsidere la Resolución, evitando así efectos negativos en la conectividad aérea internacional y nacional de Río de Janeiro.