La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, en siglas en inglés) manifestó su profunda preocupación ante el excesivo costo de la póliza de seguros requerida a los viajeros internacionales que ingresen a Costa Rica, después de la reanudación de los vuelos comerciales. Esta póliza —que tendrá un precio que oscila entre US$265 y US$965, dependiendo de la edad del pasajero y que además sólo podrá ser adquirida a un único proveedor— restará competitividad al país como destino turístico.
“Si bien entendemos que esta medida busca cubrir el costo de un tratamiento médico ante un eventual contagio en Costa Rica, consideramos que es un elemento disuasivo para atraer el turismo al país. Cualquier diferencia en el costo del viaje podría afectar de manera grave y directa la recuperación tanto del sector turístico como del transporte aéreo. Esto pone en juego la importante contribución de este sector clave de la economía que se encuentra duramente golpeado tras cinco meses de paralización”, afirmó Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.
La reapertura de operaciones aéreas en Costa Rica desde el 1 de agosto fue posible gracias a la adopción de protocolos de bioseguridad que cumplan con las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) tanto por el Estado, las líneas aéreas, y operadores aeroportuarios. Aunque la industria está lista para el reinicio, es necesario que los estados creen las condiciones para estimular la demanda. “Por eso pedimos a las autoridades que nos apoyen en poner en marcha iniciativas que permitan a los operadores aéreos generar mayor tráfico y mayor demanda para sus países”, enfatizó.
IATA también recomienda a las autoridades costarricenses analizar que el requerimiento de pruebas de COVID-19 hace redundante que se limiten las operaciones únicamente de vuelos provenientes de Canadá, la Unión Europea, y el Reino Unido. “Limitar las operaciones a ciertos países y al mismo tiempo solicitar pruebas de COVID-19 como requisito de entrada a todos los pasajeros podría desincentivar la demanda de viajeros y, por ende, repercutir en el turismo y en la economía nacional.”, declaró Cerdá.
Según un estudio de Oxford Economics, el transporte aéreo aportaba antes de la pandemia —directa e indirectamente— unos US$5,000 millones a la economía costarricense, que equivale al 9% del PIB del país, y generaba unos 155,000 empleos directos e indirectos. Sin embargo, IATA estima que el impacto de la pandemia pone en riesgo 101,545 empleos y US$3,500 millones en contribución económica —tres cuartas partes del monto pre COVID-19.
“Históricamente, Costa Rica ha logrado potenciar su industria turística en gran parte por los viajeros que llegan al país por la vía aérea. Hacemos un llamado al gobierno a reconsiderar estas medidas y a continuar trabajando con su principal aliado, la industria del transporte aéreo, con el fin de que esta pueda prestar su experiencia y mejores prácticas para que la aviación se convierta en uno de los pilares de la reconstrucción económica del país tras la pandemia.”, puntualizó Cerdá.