Frente al potencial aumento de las tasas de embarque por parte del Gobierno, señalado en el Diario Financiero el 12 de septiembre, la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés), expresan su rechazo a esta medida que constituye un impuesto directo al pasajero. Por ello, instan a las autoridades a abrir un proceso de diálogo directo con la industria, que no solo permita analizar en profundidad la propuesta, sino también evaluar sus impactos y construir soluciones que equilibren las necesidades de financiamiento del sistema aeronáutico con el objetivo de preservar un transporte aéreo accesible, competitivo y al servicio de todos los chilenos.
Asimismo, enfatizan que las tasas de embarque deben ser administradas con total transparencia y trazabilidad, y destinarse exclusivamente a cubrir los costos asociados al uso de servicios e instalaciones aeroportuarias por parte de los pasajeros, sin convertirse en una fuente de recaudación fiscal general.
La reducción de tasas implementada hace algunos años fue clave para impulsar la expansión del transporte aéreo, favoreciendo la llegada de nuevas aerolíneas y la ampliación de rutas. Revertir esta tendencia no solo impactaría directamente a los usuarios, sino que también implicaría un retroceso en el acceso a este medio de transporte, en la integración territorial y en el desarrollo socioeconómico del país, al debilitar su posicionamiento como un destino atractivo y competitivo para el turismo y la inversión.
La implementación de esta medida encarecería de forma inmediata el precio final de los pasajes, desincentivando los viajes tanto de ciudadanos chilenos como de visitantes extranjeros. Este efecto resulta especialmente crítico para el turismo, un sector que impulsa el empleo y sostiene a miles de pequeñas y medianas empresas a lo largo del país.
Esto es aún más relevante si se considera que el tráfico aéreo y el turismo solo se recuperaron de los impactos de la pandemia recién en el 2024, luego de cuatro años de pérdidas económicas y de empleo para el sector. Además, hoy, el desarrollo del mercado enfrenta un virtual estancamiento del crecimiento del tráfico de pasajeros (0,4% en el mercado doméstico y 8,4% en el mercado internacional a julio 2025 v/s un 7,7% y un 21,3% que tuvimos durante el 2024).
El transporte aéreo es un pilar estratégico para la economía nacional. En Chile, la aviación aporta US$7.900 millones al PIB —equivalente al 2,3%— y genera más de 211.000 empleos. Gravarlo pone en riesgo esta contribución y limita el potencial de crecimiento de una industria clave.
Frente a esta situación, reafirman su disposición y compromiso a seguir trabajando de manera conjunta por una conectividad aérea sostenible y competitiva en el país.