Iberia continúa renovando su flota con la incorporación de aviones de última generación, más eficientes y sostenibles. La llegada de estos aviones ha supuesto también un cambio en el entrenamiento de los pilotos con un nuevo modelo denominado EBT (Evidence-based training) que incrementa la seguridad de las operaciones de vuelo.
Iberia es la primera aerolínea europea en entrenar a sus tripulantes de vuelo con la formación EBT, cuya instrucción se basa en las evidencias analizadas por organismos internacionales para las distintas generaciones de avión. Es decir, se revisan las prioridades de entrenamiento en base a dichas evidencias y reportes, y se distingue entre fallos en función de cada tipo de avión.
La aerolínea ya ha comenzado con los nuevos cursos de refresco de sus primeros pilotos siguiendo este modelo, después de tres años de transición en los que se ha combinado el entrenamiento tradicional anterior con parte del nuevo programa EBT.
“El resultado es un nuevo programa de entrenamiento totalmente adaptado a las necesidades de los nuevos aviones de última generación y que conlleva un cambio total en la formación de nuestros pilotos. Ahora, entrenamos en los simuladores lo que realmente podría ocurrir en nuestras actuales cabinas de vuelo y, además, preparamos a nuestros pilotos en las capacidades que les permitirán reaccionar adecuadamente ante cualquier tipo de situación”, ha comentado Rafael Jiménez Hoyos, director de Producción de Iberia.
Formación holística basada en las nueve competencias de EASA
El modelo EBT eleva el concepto de habilidades técnicas y no técnicas al de competencias, concretamente, a las descritas por EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) para facilitar al piloto los conocimientos, habilidades y actitud necesarias para manejar cualquier tipo de situación:
Aplicación de los procedimientos y cumplimiento de las normativas (PRO)
Aplicación del conocimiento (KNO)
Comunicaciones (COM)
Gestión del vuelo automático (FPA)
Gestión del vuelo manual (FPM)
Liderazgo y trabajo en equipo (LTW)
Resolución de problemas y toma de decisiones (PSD)
Conciencia situacional y gestión de la información (SAW)
Gestión de la carga de trabajo (WLM)
Cada competencia va asociada a un conjunto de indicadores de comportamiento observables, y el dominio de estas nueve competencias permitirá al piloto gestionar situaciones potencialmente peligrosas no previstas en vuelo.
Un entrenamiento personalizado
El verdadero valor del aprendizaje para un piloto se encuentra en el entrenamiento con instructores cualificados, tanto en maniobras en el simulador, como en la gestión de posibles amenazas y errores.
La evaluación práctica en simulador del primer día de formación permite detectar las necesidades de aprendizaje de cada piloto y personalizar su entrenamiento posterior en consonancia con esas nuevas competencias para que el piloto alcance su máximo nivel de pericia.
En caso de fallo en alguna maniobra, se busca que sea el propio piloto el que analice y reflexione sobre las posibles causas, evitando un aprendizaje mecánico basado en la repetición. El alumno tiene la posibilidad de identificar las causas subyacentes del fallo, las técnicas y habilidades correctas para superarlo, los patrones de conducta y el reconocimiento de la excelencia.
La evaluación para verificar que se aplica lo practicado en el simulador
Tan importante como la sesión en el simulador es el debriefing. Después del entrenamiento en el simulador, instructor y alumno identificarán las actuaciones positivas y las oportunidades de aprendizaje en un proceso de mejora continua.
Por último, la evaluación en vuelo constatará que las nueve competencias se aplican en el vuelo real, y que lo practicado en el simulador se lleva a la realidad del día a día.