Luego de conocerse detalles del acuerdo alcanzado entre el Departamento del Tesoro de EEUU y las principales aerolíneas del país, así como la disminución del IVA en los tiquetes y combustible de aviación, implementado por el gobierno de Colombia para reactivar la aviación y el turismo de ese país, la industria está expectante de lo que pueda ocurrir en otros países del continente, ya que el sector está profundamente golpeado por la crisis del COVID-19 y necesita medidas de alivio inmediatas.
En Chile, según publicó el diario El Mercurio la semana pasada, Alfredo Babún, presidente de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas, Achila, destacó que el acuerdo alcanzado en Estados Unidos es “una liquidez a las compañías aéreas para evitar su colapso financiero y que puedan pagar, por ejemplo, las remuneraciones a miles de trabajadores”.
Agregó que, desde el gremio, creen que por el papel que juega la industria en la economía del país, se justificaría una ayuda estatal, entre otras opciones que manejan y que pueden ir en beneficio de la industria, como “propiciar un posible entendimiento con el concesionario del Aeropuerto de Santiago, pues sus tarifas se mantienen inalteradas, aunque prácticamente no hay operaciones, lo que no tiene ninguna lógica”, señaló Babún.
Un comentario similar fue el que señaló Ricardo Delpiano, analista del transporte aéreo, quien aplaudió la medida adoptada en Estados unidos, pero sostuvo que “Chile no tiene la economía de EE.UU y con todas las necesidades que tiene se hace más difícil lograr un aporte directo, Pero hay otras formas, como hacer descuentos en tasas o generar instancias de crédito”, y reiteró que la ayuda al sector es muy necesaria, por la relación del Estado con la aviación y por los puestos de trabajo que genera, que, según los últimos datos entregados por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) en Chile alcanzan los 13.703 empleos derivados directamente de la aviación. La cifra es ampliamente mayor en los indirectos al estimarse pérdidas de 57 mil puestos de trabajo.
El texto también destaca el llamado realizado por el ex CEO de LATAM, Enrique Cueto, quien en su última carta como ejecutivo de la compañía, señaló que para sobrepasar la crisis, “depende de ajustes más allá de lo que puede hacer cada empresa individualmente o hasta el sector de forma coordinada y requiere el apoyo mancomunado público y privado”.
En esta misma línea, Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas, durante una rueda de prensa con medios de la región afirmó hace unos días que “La respuesta necesaria para contener esta emergencia sanitaria ha creado una crisis económica. Si bien entendemos completamente las decisiones tomadas para combatir el virus, consideramos que los gobiernos deben mitigar también los efectos de estas medidas. No estamos pidiendo un rescate financiero. Necesitamos ayuda para superar esta crisis porque el quiebre del sector aeronáutico pone en riesgo la conectividad de los países, los empleos de toda la industria y de su extensa cadena de valor y dificulta la recuperación socioeconómica de la región”.
IATA actualizó el informe sobre el impacto de la crisis del COVID-19 a nivel mundial. Los ingresos por pasajeros aéreos caerán 314 mil millones USD en 2020, una caída del 55% respecto a 2019. El 24 de marzo, IATA estimó 252 mil millones USD de pérdidas de ingresos (-44% respecto a 2019) en un escenario de tres meses de restricciones severas de viajes. Mientras que para las aerolíneas con sede en América Latina y El Caribe esto se traduce en una caída en los ingresos por pasajeros de 18 mil millones de USD en 2020 (la estimación del 24 de marzo fue de 15 mil millones de USD).
En una entrevista radial para el programa El Diario de Cooperativa, la ministra de Transporte de Chile, Gloria Hutt, sostuvo ayer que esta crisis ha golpeado muy duramente al sector transporte, “El único rubro de transporte que sigue funcionando es la carga, pero el resto está en una situación muy dura”, afirmó.
También indicó que, dentro del sector, los más afectados han sido las aerolíneas y los buses interurbanos. “Primero, quienes están más críticos, a mi juicio, (son) las líneas aéreas, que han hecho ver su situación; es muy muy duro, porque habitualmente la mayor parte de los aviones está volando, en eso consiste su tarea. Y, actualmente, hay líneas como Sky, que tiene toda la flota en tierra. Así que ha sido ese sector muy dañado. Y el transporte interurbano también, porque son grandes flotas de buses, con una cantidad muy grande de trabajadores”, señaló. Dijo que “en los dos casos, están haciendo un esfuerzo monumental para no despedir personas y para mantener su planta, independientemente de que estén en algunos casos sin operar. Así que esos dos sectores han sido muy golpeados”.