La vigésimo primera asamblea de la Organización Mundial del Turismo (OMT) cerró sus puertas hoy en la ciudad colombiana de Medellín con el compromiso de los países miembros de avanzar hacia la apertura de sus cielos, en beneficio del transporte aéreo, el turismo y sus economías nacionales.
Fue una de las asambleas más concurridas de su historia, al contar con 900 delegados inscritos, 100 más que hace dos años, cuando se celebró en Zambia y Zimbabue (Ãfrica), y la presencia de cerca de 72 ministros y secretarios de Estado de Turismo.
Para el secretario general de la OMT, Taleb Rifai, fue «una de las mejores asambleas» por su elevado número de participación, pero sobre todo por los «excelentes debates» y nuevas recomendaciones sobre cuestiones tan importantes como la apertura de los cielos nacionales o turismo asequible que se llevan a casa los representantes de más de 120 países.
Rifai se mostró satisfecho por haber logrado un acuerdo entre la OMT y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), ambas agencias especializadas de Naciones Unidas, plasmado en la Declaración de Medellín.
En dicha iniciativa los dos organismos se comprometen a trabajar codo con codo para aprovechar al máximo su potencial de crear empleo, impulsar el crecimiento inclusivo y fomentar el desarrollo sostenible.
La liberalización del sector de la aviación es un reto al que el turismo se enfrenta desde hace muchos años y que la OMT respalda plenamente, al igual que la OACI, señaló Rifai a periodistas.
Ahora, cada país tiene que trabajar para avanzar hacia la apertura del transporte aéreo, después de que la mayoría reconociera en Medellín su intención de abrir los cielos nacionales, aunque algunos han adelantado que lo harán de forma gradual, explicó el máximo responsable de la OMT.
No obstante, «lo fundamental es que por primera vez los países no se oponen a la apertura de sus cielos como hasta hace pocos años, ya que se han dado cuenta de los beneficios que supone para la economía del país», añadió…