Un piloto aterrizó por confusión en un aeropuerto diferente al que había sido dirigido por los controladores aéreos. La conversación con estos le alertó del equÃvoco. El Boeing 747, un jumbo de carga, estaba siendo dirigido a la base de la Fuerza Aérea en Kansas, finalmente acabó en un aeropuerto más pequeño de Wichita. La pista de este recinto no estaba habilitada para un ejemplar de tales proporciones. No obstante, no hubo que lamentar daños.
Cuando los desconcertados controladores le dijeron al piloto que estaba casi 15 kilómetros al norte del destino hacia donde era guiado, lo reconoció de modo extraño: «Oh, sí señor, acabamos de aterrizar en el otro aeropuerto». Una respuesta calmada que contrastaba con la desconcertante situación que se había provocado. El avión tomó tierra en la oscuridad y con la inconsciencia de que la pista era más pequeña de lo previsto en la mente del piloto. En un intento de comprender el caso por la radio, pudo escuchársele confundir este con oeste en sus notas, reconociendo que no pudo entender lo que escribió a mano y se distrajo de la conversación «viendo otra cosa».
Aún así, la aeronave Dreamlifter, antes de su destino, debía llegar el miércoles por la noche a Wichita pero a la base de la Fuerza Aérea McConell para entregar partes de un nuevo ejemplar de Boeing de última generación. Finalmente, lo hizo más al norte en el aeropuerto Coronel James Jabara de menor tamaño y con una pista de 1.860 metros de largo, menor a la del Aeroparque porteño.
El jueves, el avión despegó sin problemas y en pocos minutos llegó a su destino original. La tripulación voló en una zona donde hay hasta tres aeródromos de similares características. Los pilotos arguyen que durante un descenso es difícil diferenciar una pista larga de una corta. A pesar de que las confusiones no son…