La merma de las aerolíneas, de las frecuencias de vuelo y de los asientos obliga a los venezolanos a sortear cada vez mayores obstáculos para hacerse con un billete aéreo internacional, la mayoría de ellos solo abonables en moneda extranjera, en medio de la crisis que aqueja al país caribeño.
Siete aerolíneas foráneas cesaron sus operaciones en los últimos dos años mientras que unas 19 restantes intentan conservar su presencia en la nación sudamericana mediante la venta de pasajes a través de internet que son ofertados exclusivamente en moneda extranjera.
Al dejar de venderse billetes en bolívares (la moneda local) por las grandes líneas aéreas internacionales, los precios de los vuelos, especialmente los transoceánicos, se han vuelto inalcanzables para el venezolano medio.
Como ejemplo, un venezolano que desee adquirir un vuelo ida y vuelta Caracas-Madrid debe desembolsar al menos 1.200 dólares, lo que representa cerca de 20 veces el salario mínimo del país y más de diez veces lo que cobra mensualmente un profesor, un médico de la sanidad pública o un diputado.
Al mismo tiempo, varias compañías aéreas venezolanas han instaurado en el último año rutas hacia el exterior a destinos de Centroamérica y el Caribe que pueden ser adquiridas en bolívares.
El director de la Asociación Venezolana de Mayoristas y Empresas de Representación del Turismo, Julio Arnaldes, explicó a Efe que esta realidad se debe sobre todo a la deuda que el Estado ha contraído con las compañías aéreas internacionales y locales.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) informó en septiembre pasado de que dicha deuda asciende a más de 3.800 millones de dólares desde hace tres años.
Por ello, aseguró Arnaldes, las empresas que continúan operando han generado estrategias para no perder su plaza en «un mercado sumamente interesante», el país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
Entre ellas, la reducción de sus frecuencias y la sustitución de su flota por unidades más pequeñas.
Aún así, han registrado una caída sostenida en la venta de pasajes que alcanza hasta el 75 por ciento desde 2014, y que para el tercer trimestre de este año en comparación con 2015 se ubica en un 40 por ciento, según Arnaldes.
Sobre la apertura de destinos internacionales en compañías venezolanas, el empresario la calificó como una oportunidad para que estas «subsistan» y establezcan precios que les arrojen ganancias, a diferencia de los vuelos nacionales cuya tarifa está regulada por el Gobierno.
«En Venezuela un vuelo doméstico de 30 ó 40 minutos ronda los 16 dólares, mientras que en cualquier parte de la región no te baja de 150 dólares (…) las tarifas son ridÃculas, las más económicas de la región», sostuvo…
