Tarifas aéreas más bajas, un aumento de los beneficios y el crecimiento demográfico están favoreciendo el progresivo aumento de la demanda de pasajeros en Latinoamérica. Sin embargo, muchos de los principales aeropuertos de la región no tienen la infraestructura necesaria para absorber la creciente demanda. Este tema, entre otros ejes de importancia de la industria aérea internacional, hacen parte de la edición 2017 del Annual General Meeting (AGM) organizado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), y que entre el 4 y el 6 de junio en Cancún, México, reunirá a autoridades de la industria aérea y altos ejecutivos de 275 aerolíneas comerciales del mundo.
«Si, como se espera, se duplica el tráfico de pasajeros en 2034 en Latinoamérica, la contribución de la industria del transporte aéreo al PIB regional podría pasar de 140.000 millones de dólares a 322.000 millones de dólares. La industria camina en la senda para alcanzar ese crecimiento de forma sostenible. La población latinoamericana quiere "’y necesita"’ viajar dentro y fuera de su continente. Y los negocios dependen de enlaces aéreos eficientes entre mercados alejados. Desafortunadamente, los gobiernos de la región frenan el crecimiento sostenible con sus infraestructuras deficitarias y una regulación débil», comentó en su conferencia de prensa Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para Las Américas.
Entre los casos más representativos de este problema está el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima, lugar en donde su baja capacidad está frenando la expansión y la oportunidad de convertirse en un centro de conexiones. Es así como esta terminal diseñada para atender a 10 millones de pasajeros al año, recibe actualmente la visita de 17 millones de pasajeros, lo que impide que las aerolíneas puedan aumentar su capacidad para satisfacer la creciente demanda.
Otro ejemplo es el de la terminal de ciudad de México, uno de los principales hubs de la región, limitado también por una infraestructura obsoleta. Afortunadamente, la construcción del nuevo aeropuerto resolverá las limitaciones actuales, pero pasarán varios años antes de que México disfrute de sus ventajas.
También en Argentina se presenta este problema, la gestión del tráfico aéreo en Buenos Aires y sus alrededores socava la competitividad de las aerolíneas de la región, provocando retrasos y, por ende, vuelos más largos. Como medida paliativa el gobierno ha introducido cambios positivos en el marco regulatorio del país con la aprobación de nuevas rutas y nuevos operadores, pero se hace necesaria la modernización del sistema de control de tránsito aéreo para una aviación próspera.
"El Gobierno tiene la responsabilidad de proporcionar infraestructuras eficientes para que las aerolíneas puedan desempeñar su papel vital de conectar comunidades y economías a nivel mundial, los gobiernos también deben desempeñar su papel para garantizar una capacidad adecuada con una calidad acorde a las necesidades de las aerolíneas y a costes asequibles. Por otro lado, toda regulación debe perseguir objetivos bien definidos y mensurables que se puedan cumplir de la forma menos onerosa posible", añadió Cerdá.
Entre los países en dónde se pueden observar regulaciones que frenan el desarrollo de la industria aérea es Brasil, en donde sus políticas de combustible hizo aumentar los costes de las aerolíneas en 660 millones de dólares anuales, además de las normas que sancionan a las aerolíneas por retrasos y cancelaciones, las que incluyen a los motivos ajenos a la propia compañía aérea.
Otro ejemplo de estas medidas es México, en donde se aprobó recientemente en el Congreso una legislación que, si se convierte en ley, debilitará la competitividad de las aerolíneas que operan en el país. La legislación permitiría el uso no secuencial de billetes aéreos, la obligación de indemnizar a los pasajeros por retrasos y la facturación gratuita de equipaje en vuelos domésticos.
"Latinoamérica tiene todos los elementos necesarios para convertirse en una historia de éxito de la aviación: aerolíneas competitivas y eficientes, una clase media en crecimiento, condiciones demográficas favorables y una geografía difícil que exige viajar en avión. Sin embargo, a excepción de Panamá y Chile, los gobiernos de la región no tratan a las aerolíneas como socios valiosos capaces de impulsar el desarrollo económico y social. Si Latinoamérica no atiende urgentemente sus problemas de infraestructura, podría dejar de ganar unos 42.000 millones de dólares en 2034″, puntualizó Cerdá.