La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) solicitó a los gobiernos europeos que consideren una propuesta holandesa de un impuesto a escala de la UE sobre los boletos aéreos para escuchar lo que quieren sus ciudadanos. La investigación encargada por la IATA muestra que los pasajeros aéreos quieren que los gobiernos fomenten el desarrollo de nuevas tecnologías y combustibles sostenibles de aviación para reducir las emisiones de carbono de la aviación, en lugar de imponer impuestos «ambientales» ineficaces.
Según la encuesta, las acciones preferidas de los gobiernos para priorizar la gestión de los impactos del cambio climático en la aviación son:
Apoyar el desarrollo de combustibles sostenibles de aviación (64%).
Apoyar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y mejores operaciones (62%).
En contraste, los impuestos ambientales fueron una de las opciones menos populares, con solo un 22% de apoyo.
Alexandre de Juniac, Director General y CEO de IATA, señaló que “la aviación toma muy en serio el desafío del cambio climático. Durante más de una década, hemos establecido y superado objetivos difíciles para las emisiones de carbono, y planeamos lograr mucho más. La opinión pública tiene un mensaje claro para los gobiernos: trabajar con la aviación para fomentar la inversión en combustibles limpios, y nuevas tecnologías híbridas y eléctricas. Esto ayudará a las aerolíneas a reducir las emisiones a la mitad para 2050”.
La aviación comercial es responsable de alrededor del 2% de las emisiones de carbono globales anuales. La industria tiene el objetivo de limitar el CO2 a través de un crecimiento de carbono neutro a partir de 2020, y reducir las emisiones a la mitad para 2050, en comparación con un punto de referencia de 2005. El logro de este objetivo garantiza la compatibilidad de la aviación con los objetivos del acuerdo climático de París, para limitar el calentamiento global entre 1,5 y 2 grados.
“Las aerolíneas han gastado miles de millones en nuevos aviones que han ayudado a reducir las emisiones por pasajero a la mitad desde 1990. A partir del próximo año, limitaremos las emisiones en un esquema de compensación global que generará $40 mil millones de financiamiento climático. Y las aerolíneas han comprado todo el combustible de aviación sostenible que está disponible. Los gobiernos deberían escuchar a sus ciudadanos» sostuvo De Juniac y agregó que «el camino a seguir para la aviación y el medio ambiente son los combustibles de aviación sostenibles. Promover su comercialización hará más que cualquier impuesto».
El público tiene poca fe en el gasto gubernamental de los impuestos ambientales en la acción ambiental. Cuando se le preguntó «¿confía en que los gobiernos gasten dinero de los impuestos ambientales específicamente en programas de protección ambiental?», en varios mercados claves de la UE, los resultados de la encuesta fueron:
CONFÍA | NO CONFÍA | |
---|---|---|
Francia | 16% | 81% |
Alemania | 29% | 66% |
Países Bajos | 40% | 53% |
España | 24% | 73% |
Reino Unido | 27% | 66% |
“La investigación muestra que los sentimientos del público son muy claros. La gente quiere viajar. Ellos valoran la libertad de volar. Y quieren que la industria y los gobiernos actúen sobre las emisiones. Hacerlo más caro para las personas que vuelan no es la respuesta. Más bien, la acción es fomentar la nueva tecnología y los combustibles sostenibles. Las aerolíneas están tomando medidas audaces para reducir las emisiones. «Los gobiernos sensatos deberían tomar medidas prácticas para ayudar, no para obstaculizar la inversión al debilitar la industria y tratar de hacer que volar sea una reserva para los ricos», dijo De Juniac.