Al contrario de la gran mayoría de aerolíneas, Delta Airlines mantiene el bloqueo al aforo de sus aviones por petición expresa de sus clientes, quienes, tras las secuelas del covid-19, buscan más seguridad.
Y si bien esto genera efectos en la rentabilidad de corto plazo de la operación, Luciano Macagno, director de la compañía para América Latina, el Caribe y sur de la Florida, explica que bajo las actuales circunstancias primero está la seguridad, ya que a largo plazo esto es más rentable.
Tras el freno obligado, ¿qué planes tienen para la recuperación?
En América Latina, en nuestro caso, fue complejo porque operamos a más de 30 países y tuvimos que trabajar con 30 gobiernos en más de 30 aeropuertos, para acomodarnos a las regulaciones.
Luego nos pusimos manos a la obra en tiempo récord para adaptarnos y ver cómo podemos ofrecer a los clientes tranquilidad. Estamos permanentemente limpiando con diferentes tecnologías. Por ejemplo, las bandejas cuando se pasa el filtro de seguridad son de material nuevo para la industria, con un plástico antimicrobial.
¿Qué cambios hicieron en el servicio a bordo?
La comida es la misma, solo que la entregamos en un solo paso y no en varios para simular experiencia de restaurante. Los snacks también van en bolsas individuales, para minimizar el contacto entre las personas.
Además de la limpieza exhaustiva de las áreas de contacto, la fumigación electrostática es la misma que se usa en terapia intensiva de hospitales, con un material totalmente inocuo que elimina cualquier germen que pueda haber quedado.
El asiento del medio continúa siendo bloqueado, porque es un confort que los clientes están queriendo.
¿En todas las cabinas?
Para las cabinas confort y economy. Y en todas las cabinas business son asientos unitarios, pero en los de largo alcance no se bloquean asientos porque tienen cabinas aparte.
¿Cómo hacen para que con esto la operación sea rentable? ¿Subiendo tarifa?
No es subiendo tarifa, porque el pasajero, con la situación, decide hasta qué punto va a pagar. No tenemos un foco en rentabilidad de corto plazo, sino que estamos enfocados en la de medio y largo plazo, porque entendemos que el mayor desafío de la industria es volver a ganar la tranquilidad y la confianza del cliente de viajar.
De las 1.000 aeronaves que tenemos, el 50 por ciento están en tierra, con lo cual preferimos colocar un avión más y no llenar los aviones hasta que revienten. En el largo plazo esto es más rentable. Primero viene la seguridad y luego rentabilidad.
¿Cuánto tiempo durará esto?
El bloqueo de los asientos centrales y limitar el número de pasajeros al 50 por ciento en First class, y al 60 por ciento en otras cabinas para brindar a los clientes más espacio a bordo, va hasta el 30 de marzo de 2021.
¿Qué mercados siguen en la reapertura?
En diciembre, Delta seguirá con más vuelos a través de sus centros de operaciones de Atlanta, Detroit, Minneapolis y Salt Lake City. También está aumentando gradualmente el servicio en Boston, Los Ángeles, Nueva York (JFK y LGA) y Seattle a un ritmo más constante.
Estamos haciendo los ajustes necesarios con base en la demanda de los clientes, regulaciones de viaje emitidas por el gobierno y las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Tras el covid-19, ¿cómo están las finanzas?
Delta terminó el trimestre de septiembre de 2020 con 21.600 millones de dólares en liquidez. En el trimestre de septiembre de este año presentó pérdida antes de impuestos de 6.900 millones de dólares y pérdida por acción de 8,47 dólares, sobre un total de ingresos de 3.100 millones de dólares…