El vicepresidente regional de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para las Américas, Peter Cerdá, conversó con El Comercio a raíz del pedido que hizo el gremio internacional aéreo de postergar la inauguración del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, prevista por Lima Airport Partners para el 18 de diciembre a enero, para que haya una mayor flexibilidad ante posibles contingencias. Además, el gremio internacional viene solicitando participar en la Mesa de Trabajo Multisectorial de Alto Nivel que conformó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones junto con otros actores relacionados a la nueva infraestructura aeroportuaria.
¿A qué se debe el pedido de aplazar la inauguración del nuevo terminal del aeropuerto Jorge Chávez?
Son dos factores. Primero, inaugurar un nuevo terminal, sobre todo de la dimensión que tiene el de Lima, es prácticamente como construir un aeropuerto nuevo. El objetivo siempre es inaugurar sin problemas, pero esta industria depende de muchos factores dentro de la cadena. Cualquier inauguración siempre viene con ciertos desafíos y ciertas consecuencias que uno no esperaba. Todo tiene que estar perfectamente cuadrado y alineado para su inicio.
El segundo punto es que estaremos en pleno pico de temporada alta para las navidades. Son fechas muy críticas para el transporte aéreo, donde el sector tiene poco margen de error, porque todo está al máximo de capacidad. Los aeropuertos y vuelos están llenos, y el pasajero tiene que llegar a su destino porque son fechas muy definidas. Estamos solicitando a LAP que se considere mover las fechas a enero. Como muchos aeropuertos con un eje estratégico importante, la saturación de Lima es prácticamente todo el año. El margen de flexibilidad es mayor [en enero], porque si algo pasa el 18 de diciembre, los vuelos del 19, 20 y 21 estarán casi a su capacidad [total]. En otras fechas hay más flexibilidad.
El riesgo es el retraso de vuelos y las largas colas, entonces, al menos dentro del aeropuerto.
No solo dependemos del transporte de pasajeros, sino del uso eficiente de aviones, tripulaciones y de la carga.
Si algo falla en la cadena, hay un impacto para todo el sector. Incluso, sabemos que los servicios inmigratorios tienen sus preocupaciones de tener los recursos y la sala preparada. Eso es un eje muy importante. Es crítico que los servicios migratorios funcionen al 100% para ese movimiento muy grande de pasajeros que llegan y salen del país.
«Quedan pocos meses para el 18 de diciembre y el tiempo se está pasando muy rápido. El impacto puede ser negativo si no conseguimos ese alineamiento [entre jugadores del sector]».
¿Qué se viene haciendo con LAP o el Estado al respecto?
Siguen firmes en las fechas. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) creó un grupo de trabajo para asegurar una transición coordinada, lineal y transparente. Con el ministro compartimos que se haya desarrollado un comité de alto nivel a nivel gubernamental con LAP. Hemos solicitado que la industria esté en ese grupo. En estos momentos, las líneas aéreas [a través de] IATA no estamos involucradas, nos dicen que nos van a incluir en algún momento. En proyectos de esta magnitud, como [lo fue] en Ezeiza, Bogotá y Santiago de Chile, la industria fue partícipe y no entendemos por qué aquí no estamos, sobre todo porque un aeropuerto no existe sin aviones. Tenemos que ser partícipes para asegurarnos que el aeropuerto cumpla con las expectativas que tenemos. Ese fue un llamado de urgencia pedido al MTC. Este proyecto no se puede lleva a cabo de forma aislada.
¿Qué otros aspectos han conversado con el MTC y con LAP en estas reuniones?
Han sido reuniones distintas. [Se habló] del proyecto del nuevo aeropuerto por su magnitud e importancia,
nos sorprende. No solo es construir un aeropuerto o una terminal, sino lo que significan las vías de acceso y
el impacto social. Más del 90% de viajeros entran por Lima [el Jorge Chávez]. Lo conversábamos con el ministro, es necesario que sea una prioridad del Estado, donde al nivel del Congreso, ministros y la presidencia haya una vigilancia constante para asegurarnos que el proyecto se lleve a cabo de la manera más precisa y alineada posible.
También hablamos de la importancia de dar prioridad al nombramiento de Corpac, que juega un rol muy importante y crítico en el desarrollo. El otro tema hablado con el MTC [son] los accesos de carretera al aeropuerto. Es un tema que junto con LAP estamos muy preocupados. [Fueron] dos reuniones productivas. Como sector, lo que vamos a hacer con nuestros miembros, los CEO de las líneas aéreas y de la industria en general, es solicitar una reunión con la presidenta para asegurarnos de cumplir con las fechas establecidas y tengamos la infraestructura aeroportuaria y la que conecta con la ciudad. Este pedido es para que se den cuenta que el ministro de Transportes necesita apoyo y no es tema de un ministerio, sino una cuestión de Estado. Quedan pocos meses para esta fecha [18 de diciembre] y el tiempo se está pasando muy rápido. El impacto puede ser negativo si no conseguimos ese alineamiento.
En julio se empezarán las pruebas en el nuevo aeropuerto y el proceso de mudanza será del 17 al 18 de diciembre, como informó LAP y su CEO, Juan José Salmón, a El Comercio. ¿Es suficiente ello?
Tendríamos que tener una fase de semanas donde la línea aérea poco a poco vaya cambiando. Por un lado, se está haciendo una mudanza inmediata y no por fases, que es un poco más riesgoso. Adicionalmente, se escoge una fecha muy sensible, ni siquiera estaríamos de acuerdo si fuera por fases.
En el caso de Buenos Aires, cuando se cambiaron de la antigua terminal a la nueva, fue una transición por etapas, por grupos de líneas aéreas y fue una manera para asegurar que no colapsen los servicios en un principio. Nuestra intención, trabajando con LAP, es que los imprevistos que salgan los podamos manejar para que el pasajero y la línea aérea no se vean impactados negativamente.
Esto se podría tratar desde julio, entonces.
En julio harán las pruebas, pero la prueba de verdad es el momento en el que el primer pasajero toca el suelo de la nueva terminal y tenga contacto con la línea aérea o el avión para salir de ahí.
¿Hay un coste de oportunidad si se aplaza la inauguración y no se capta una potencial demanda de pasajeros con las fiestas de diciembre?
No va a haber impacto, porque seguimos operando. Cambiar de una terminal a otra no va a aumentar o crear más vuelos [inmediatamente]. Todo está pactado, no es que el 18 vamos a incrementar un 40% [por ejemplo], sino que se va a operar el mismo número de operaciones en la nueva [terminal] como si fuera la antigua.
Accesos
En el caso de los accesos, el Gobierno está trabajando en puentes modulares mientras se licita el puente Santa Rosa. ¿Se les ha informado cómo va la situación de los puentes modulares y del vial que los conectará con el aeropuerto?
Es un tema importante, no solo crear la infraestructura aeroportuaria, que sabemos estará prácticamente lista a finales del año. Es muy preocupante cómo conectaremos la ciudad con la terminal. Si la avenida Faucett es compleja hoy en día, ¿cómo se está trabajando entre el municipio y el aeropuerto para asegurarnos el movimiento del tránsito por las vías auxiliares hasta que se construya el puente [Santa Rosa]?
Sé que hay un plan, porque lo que nos comunicaron LAP y el MTC es básicamente lo mismo, pero no está muy claro para el resto de la comunidad, no se sabe lo que se va a hacer. Hay que dar a conocer al pasajero cómo van a llegar, es un tema importante el flujo terrestre de la ciudad a la nueva terminal. En un aeropuerto con 25 millones de pasajeros al año, construir un puente o las vías de acceso, tarda su tiempo.
Entonces, lo ideal sería que las obras viales estén listas junto con el nuevo aeropuerto y recién ahí se inicien las pruebas.
Si estamos con la fecha del 18 de diciembre, ¿dónde está toda la infraestructura que conecta? Si hoy es sumamente complejo llegar a la actual terminal por la congestión que hay, imagínese cómo llegaremos a la nueva terminal si en estos momentos ni siquiera tenemos la vía, si venimos por la vía de Faucett. En estos momentos parece ser que tenemos un aeropuerto, una terminal nueva que está en una isla, porque la conexión a la terminal no está bien definida. Escuchamos de muchos planes tentativos hasta que se construya el Puente Santa Rosa, pero no está muy claro cómo se va a hacer.
En el caso del Puente Santa Rosa, ¿qué se les han informado?
El Puente Santa Rosa debe estar listo en el 2026, pero el puente por sí solo no asegura la conexión, sino su viaducto y eso va a estar para fines del 2027. Por eso la conexión de Faucett va a seguir siendo la principal. Nos
comentaron que el Puente Santa Rosa no va a estar listo antes del 2027-2028, que la avenida Faucett será la
arteria principal para llegar a la carretera de acceso a la terminal, por lo que hay mucho trabajo por hacer. Hay que concesionar y empezar a comunicar cuáles serán las nuevas vías de acceso.
«Si hay aumentos de tasas y se convierte en un país más caro, nadie se va a beneficiar, porque las líneas aéreas se verán impactadas negativamente».
¿La nueva terminal generaría nuevos costos en los servicios aeroportuarios?
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