La misma estructura: edificios, personal, cantidad de aviones. Hubo algunos cambios en las frecuencias de las rutas, pero básicamente son las mismas que un año atrás. Sin embargo, entre el primer trimestre del año pasado y el de 2016, Aerolíneas Argentinas y Austral pasaron de tener una pérdida operativa de 12,6 millones de dólares a una ganancia (antes de impuestos y cargas financieras) de US$ 33,9 millones. El precio del combustible, que bajó más del 30% y el costo de los salarios, cuya depreciación en pesos fue muy superior al incremento establecido en las paritarias, hicieron la diferencia principal.
Isela Costantini comenzó su gestión con viento de cola: durante el primer trimestre, que para ella comenzó el 1 de enero, Aerolíneas y Austral facturaron en conjunto prácticamente lo mismo que un trimestre atrás: 533 millones de dólares, según datos internos de la empresa obtenidos de manera extraoficial (los voceros de la compañía no quisieron hacer comentarios). Pero como el renglón costos se achicó sensiblemente, el balance provisorio arrojó una mejora significativa, de más de 45 millones de dólares. Los principales Ãtems donde se obtuvo el ahorro fueron combustible y sueldos: El precio del JP1, el combustible que usan los aviones y que representa aproximadamente 40% del costo de cada vuelo, cayó entre un año y otro de un precio promedio de 53 centavos por litro a 35. De esa manera, los gastos en conjunto de ambas aerolíneas se redujeron en casi 30 millones de dólares.
Los sueldos de los tripulantes de a bordo (pilotos y aeronavegantes) también bajaron, medidos en dólares…