La nueva terminal del aeropuerto de Viracopos, en las afueras de Sao Paulo, costó US$800 millones y fue parte de un intento de crear el centro más grande de América Latina, uno que para 2042 sería más grande que Heathrow en Londres.
Pero sus vastos y relucientes pasillos, planeados durante el auge de los años alcistas de Brasil, están prácticamente vacíos excepto por el personal, en tanto el país atraviesa su peor recesión en un cuarto de siglo. El desempleo llegó a 7,9 por ciento en octubre y no se espera que la economía se recupere hasta por lo menos 2017.
Las decisiones tomadas por Copa Holdings SA y American Airlines Group Inc. de cancelar los vuelos desde Viracopos en diciembre dejaron a Azul Linhas Aéreas Brasileiras SA como única operadora del aeropuerto con servicios internacionales, con vuelos diarios a Florida. Azul no planea volar a Nueva York desde las instalaciones por lo menos hasta julio.
Los vestÃbulos desiertos de Viracopos reflejan las tribulaciones más amplias de la industria brasileña de aerolíneas. Los vuelos domésticos cayeron 5,3 por ciento en octubre en comparación al año anterior. Así, registraron el tercer retroceso mensual consecutivo y llegaron a la mayor caída en seis años, según la Agencia Nacional de Aviación Civil. El crecimiento de los viajes internacionales desaceleró abruptamente.
"No esperamos una mejora para los próximos veinticuatro mese", dijo Eduardo Sanovicz, presidente de la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas (Abear), la semana pasada. "Las cifras empeorarán en 2016 y seguirán siendo malas en 2017".
Capacidad
El lunes, Azul, que tiene la tercera participación más grande del mercado brasileño, dijo que reduciría su capacidad en hasta 5 por ciento el año que viene. En estos últimos meses, Gol Linhas Aéreas Inteligentes SA y Latam Airlines Group SA, las aerolíneas más grandes de Brasil, dijeron que están reduciendo la capacidad y posponiendo las entregas de aviones. Gol también aumentará los subarrendamientos de aviones a otras operadoras. Más reducciones de la capacidad, posposiciones de entregas y eliminaciones de puestos de trabajo podrían estar en el horizonte para toda la industria.
La evaporación de la demanda no es el único espectro que se avecina para las aerolíneas. La moneda de Brasil, el real, cayó 31 por ciento frente al dólar estadounidense este año, la mayor devaluación entre las principales monedas. Esto ejerció presión sobre los costos "”como los del combustible, el mantenimiento y los alquileres de avione"”, de los cuales un 60 por ciento está ligado a la moneda de Estados Unidos…