Un nuevo laboratorio, inaugurado el pasado 5 de septiembre en Natal, quiere acelerar la creación de nuevo combustible para aviones en Brasil.
Denominado H2CA (Laboratorio de Hidrógeno y Combustibles Avanzados), el espacio contará con una unidad de producción SAF. «Se trata de una planta piloto con madurez industrial, lo que nos permite pasar de la escala de producción experimental que teníamos hasta entonces a una escala piloto mayor, permitiendo el desarrollo de pruebas y nuevos productos en condiciones reales de funcionamiento industrial», afirma Fabiola Correia, coordinador del proyecto.
La expectativa es que, hacia octubre o noviembre, el laboratorio produzca una muestra de SAF que será enviada para certificación a la Agencia Nacional del Petróleo (ANP). Tras esta certificación, el producto puede venderse a empresas.
La perspectiva inicial del laboratorio es aumentar la producción actual de 200 ml de SAF hasta 5 litros por día. El sitio preparará un aceite sintético llamado Syncrude, que puede dar lugar a SAF, pero también a otros combustibles. El material se generará a partir de glicerina, un residuo de la producción de biodiesel que actualmente se vende a bajo costo. De este proceso también surge el hidrógeno, otro combustible muy estudiado como opción de uso en el transporte.
El laboratorio fue creado gracias a una alianza entre el Senai-RN, la Federación de Industrias de Rio Grande do Norte (Fiern), el Ministerio de Minas y Energía y la Cooperación Brasil-Alemania para el Desarrollo Sostenible, que invirtieron 1,4 millones de euros en el proyecto.
SAF tiene gran demanda y poca producción.
Las aerolíneas tienen un gran interés en adquirir SAF, pero la oferta de productos en el mercado sigue siendo muy baja: en 2022, representó sólo el 0,1% del total utilizado por la aviación comercial. La expectativa es que el nuevo combustible alcance el 2% del mercado en 2025, lo que requeriría 8 mil millones de litros por año.
Varias empresas se han fijado objetivos para aumentar el uso de SAF en esta década, pero dependen del avance de la oferta. Como todavía es escaso, puede costar hasta cinco veces más que el queroseno, la opción dominante en la aviación civil, pero que genera grandes cantidades de contaminantes.
El sector aéreo ha adoptado objetivos de descarbonización para 2050 y necesitará reducir en gran medida el uso de queroseno para cumplirlos. Las estimaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) indican que a mediados de siglo se necesitaría un suministro de más de 400 mil millones de litros al año…
