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«Trabajar en conjunto con el Gobierno es fundamental para el desarrollo de la aviación en Colombia»: IATA

El mercado aeronáutico en Colombia, el segundo más grande de la región, podría llegar a los 100 millones de pasajeros en el año 2030, según proyecciones de la Aeronáutica Civil del país. Para alcanzar esa cifra, aún existen retos que superar. En el marco del «Aviation Day Colombia» que tuvo lugar la pasada semana en Bogotá, conversamos con Oracio Marquez, Director Regional de Miembros y Relaciones Externas de IATA, sobre el presente y futuro de la aviación en Colombia, quien destacó la necesidad de un trabajo en conjunto con las autoridades en pro del crecimiento de la industria, desarrollo del país y también, beneficiando a los pasajeros, con el fin de alcanzar las ambiciosas cifras que se tienen previstas.

Los cargos impositivos aeroportuarios y gubernamentales aplicados a viajes internacionales en América Latina pueden superar los usd 100 por un vuelo ida y vuelta. En Colombia existen 14 impuestos incluidos en pasajes internacionales y un número similar en nacionales, ¿cuál es el llamado que hacen como iata para mejorar esta situación?

La alta carga impositiva puede tener un efecto contraproducente frente a la intención inicial del Gobierno. Los impuestos hacen que el servicio de transporte aéreo sea más costoso para los consumidores y pueden tener un
resultado negativo frente a la realización del viaje o al destino escogido, 14 impuestos son una cantidad exagerada y debería ser considerada.

Sabemos que IATA se encuentra trabajando en iniciativas de “Smarter Regulation” ¿cuáles son sus principales sugerencias para la realidad local?

La regulación es inevitable, más en una industria altamente reglamentada como la aviación. Sin embargo, es fundamental que haya una forma más práctica para que los Estados logren sus objetivos regulatorios, asegurando que los resultados no sean contraproducentes.

Queremos ser parte de este proceso, trabajando en conjunto con las autoridades desde el inicio, revisando lo que se pretende arreglar o resolver, y formando parte de la solución. Las decisiones unilaterales de los reguladores sin una evaluación previa de su posible impacto en la industria, en los consumidores y en los participantes de la cadena de valor de la aviación, no son una solución efectiva.

En diferentes países se ha transformado casi en “una moda” lanzar nuevas reglamentaciones con derechos del pasajero, los que en muchas ocasiones tiene un resultado indirecto perjudicial para el usuario en vez de favorecerlo, ¿cuál es su visión al respecto? Y ¿cómo puede esto reglamentarse de mejor manera?

Sí, hemos identificado esta tendencia en algunos países tanto a nivel regulatorio como legislativo. En el último caso, los proyectos de ley relacionados con derechos de los usuarios del transporte aéreo son utilizados adicionalmente con fines electorales y políticos. Esto no solo genera problemas para las compañías aéreas, sino también para los reguladores, pues en muchas ocasiones deben reglamentar leyes que no responden a los intereses reales de la industria.

Es fundamental que los reguladores consideren antes de expedir nuevas reglas, que la industria ya cuenta con normas que protegen al consumidor en caso de un eventual problema operacional que dificulte la prestación del servicio. La Convención de Montreal de 1999 contiene algunas obligaciones de manera general a las aerolíneas y los contratos de transporte de manera más detallada incluyen las obligaciones que el transportador asume y las prestaciones a las que tiene derecho un pasajero en caso de una falla específica.

Cuando algún Gobierno considere crear nuevas regulaciones a este respecto, resulta fundamental no solo que considere las consecuencias económicas, también hacer partícipe a la aerolínea en la revisión de la norma.

Hemos visto un aumento importante en los casos de conductas disruptivas a bordo por parte de pasajeros. ¿Qué están haciendo para solucionar este problema?

IATA está liderando una campaña global para atender los problemas relacionados con pasajeros disruptivos que ponen en riesgo la seguridad del vuelo. Este implica no solo serios problemas de seguridad para pasajeros y tripulaciones de vuelo, sino también altos costos económicos para las aerolíneas. En 2014, OACI aprobó el texto del Protocolo de Montreal, el cual pretende dotar a los estados miembros y a las aerolíneas de herramientas que les permitan atender
de manera adecuada los problemas derivados de estas conductas.

Invitamos a los Estados a conocer este instrumento y a realizar los trámites necesarios para adoptarlo como la norma para garantizar la seguridad del vuelo por hechos provenientes de conductas de pasajeros.

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