Tras dos siniestros casi consecutivos, la empresa Malaysia Airlines está preocupada por el deterioro de su imagen, aunque habrá que esperar a conocer la reacción de sus clientes; después de la desaparición del vuelo 370 en marzo la aerolínea tan sólo registró una disminución del 4% en el número de pasajeros con respecto al mismo mes del año pasado y en el primer semestre incluso lo ha incrementado un 13%.
Su futuro, en cualquier caso, es incierto. Tanto que la amenaza de quiebra está sobre la hoja de ruta de muchos analistas. "En la historia de la aviación nunca ha habido una aerolínea que tuviera que afrontar dos grandes desastres en cuatro meses, por lo que no creo que haya ninguna evidencia histórica para defender que puedan salir de esta situación", ha señalado Mohshin Aziz a Dow Jones Newswires. "No sé qué pueden hacer para salvarse a sí mismo", ha subrayado.
Con todo, casi ninguna compañía aérea se vio abocada a la quiebra en el pasado ante un accidente aéreo. Uno de los casos en que sí ocurrió, aunque con matices, fue Pan Am. La aerolínea sufrió un ataque terrorista en su vuelo 103 en 1989 y supuso el golpe el final para la firma, que ya atravesaba importantes problemas financieras antes del siniestro. Dos años después cesó su actividad.