La más reciente edición de Airlines Magazine, publicación de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés) contiene una entrevista a Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas, quien habló sobre el estado de la aviación en Latinoamerica y El Caribe y la exitosa edición 2025 del evento Wings of Change Americas (WOCA), celebrado la pasada semana en Bogotá, Colombia, donde se congregaron más de 400 delegados de toda la cadena de valor de la aviación —incluidos gobiernos y autoridades turísticas— para debatir sobre las oportunidades y desafíos de la región.
La aviación en América Latina y el Caribe conecta a más de 670 millones de personas en 33 países. En 2024, unos 481 millones de pasajeros volaron en la región, lo que representa un aumento del 7,8 por ciento con respecto al año anterior.
Los conflictos y la inestabilidad geopolítica en otras partes del mundo están contribuyendo a este crecimiento. “Las aerolíneas globales están mirando cada vez más a América Latina y el Caribe para redirigir operaciones y mitigar riesgos geopolíticos”, señala Peter Cerdá. “Por ejemplo, hemos visto a aerolíneas canadienses y europeas aprovechar la disminución de la demanda hacia Estados Unidos para lanzar nuevas rutas hacia el Caribe, México y Sudamérica, lo que resalta cómo nuestra región se está convirtiendo en una alternativa estratégica para los operadores globales”.
Cerdá agrega que esto también debe servir como recordatorio para los numerosos ministros de Turismo que asistieron a WOCA: las aerolíneas buscan alianzas y condiciones favorables para iniciar operaciones. En 2024, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el sector turístico aportó 714 mil millones de dólares al PIB de América Latina y el Caribe y generó más de 28 millones de empleos.
Aumento de la conectividad
Las aerolíneas han cumplido con creces en materia de conectividad cuando existen las condiciones y el marco adecuado. En Guatemala, el tráfico internacional creció un 45 por ciento entre 2019 y 2024, gracias a una ambiciosa agenda de reformas que incluyó nueva legislación, modernización aeroportuaria y un compromiso con la resolución de problemas fiscales y de infraestructura.
En Guyana, el gobierno reafirmó su compromiso de hacer de la aviación un pilar del desarrollo nacional. KLM inauguró una ruta hacia Europa y aerolíneas estadounidenses comenzaron a conectar el país con sus principales hubs.
Argentina, por su parte, ha apostado por la liberalización y la competencia: firmó o renegoció 14 acuerdos bilaterales de servicios aéreos, abrió el mercado de asistencia en tierra y redujo barreras regulatorias. Para marzo de 2025, esto se tradujo en un aumento interanual del 26 por ciento en la demanda de pasajeros internacionales. Aerolíneas Argentinas es rentable por primera vez en muchos años.
Superando vulnerabilidades
“Pero la realidad es que aún resulta difícil para las aerolíneas de la región obtener rentabilidad”, advierte Cerdá. “A nivel global, en 2025 se espera que las aerolíneas generen ganancias por 36.000 millones de dólares, lo que equivale a unos 7,20 dólares por pasajero. En América Latina y el Caribe, esa cifra se reduce a 3,40 dólares—menos de la mitad. Este margen tan estrecho evidencia lo vulnerable que es la región ante impactos externos, como la excesiva carga tributaria, trabas regulatorias y limitaciones en infraestructura”.
Los impuestos y tasas pueden representar hasta el 40 por ciento del costo del pasaje en algunos países, lo que desincentiva la demanda y afecta negativamente a la región. La propuesta de aplicar un IVA del 26,5 por ciento a los pasajes aéreos en Brasil ilustra esta carga impositiva. Si se aprueba la ley, IATA estima que podría provocar una caída del 30 por ciento en la demanda. Así, mientras el resto de la región sigue beneficiándose de la conectividad aérea, el mercado brasileño se vería reducido.
El aumento del IVA elevaría el costo promedio de los vuelos de $130 a $160 en el tráfico doméstico, y de $740 a $935 en el internacional. Esto se suma a las tasas de litigios más altas del mundo y al combustible de aviación a precio de importación, a pesar de la producción local.
Sin embargo, incluso en este difícil contexto de costos, desde 2015 las tarifas internacionales en Brasil han caído un 15,3 por ciento y las nacionales un 14,9 por ciento, lo que demuestra la resiliencia de las aerolíneas y el valor que ofrecen.
“Hay una pequeña ventana de oportunidad para reducir el IVA y educar a las autoridades sobre las mejores prácticas internacionales”, señala Cerdá. “Explicamos lo que podría significar para el país la pérdida de conectividad”.
Regulación e infraestructura
En términos generales, el entorno regulatorio necesita simplificarse. Una preocupación particular es el aumento de leyes de protección al consumidor inspiradas en la normativa europea EU261, que no ha logrado resolver los problemas de retrasos en Europa.
En Perú, existe un proyecto de ley que busca eliminar la posibilidad de que las aerolíneas cobren por la asignación de asientos específicos y el equipaje de mano, lo que Cerdá compara con “decirle a un restaurante que no puede cobrar por bebidas o aperitivos—solo por el plato principal”.
En Colombia, propuestas legislativas sobre la sobreventa de pasajes y límites tarifarios encarecerían los costos y reducirían la flexibilidad, y medidas similares están siendo consideradas en Brasil, Chile y México.
En cuanto a infraestructura, ha habido un desarrollo significativo en la región. Aeropuertos importantes como Bogotá, Buenos Aires, Lima, Ciudad de México, Ciudad de Panamá, Santiago y São Paulo cuentan con instalaciones nuevas o ampliadas. Sin embargo, muchas de ellas ya presentan signos de saturación.
“Necesitamos una visión a largo plazo, no solo para los grandes aeropuertos, sino también para las ciudades secundarias y terciarias”, señala Cerdá.
En Colombia, hace más de dos años se desarrolló un estudio integral de optimización del espacio aéreo y del aeropuerto Eldorado en Bogotá, en colaboración entre IATA, la industria y el gobierno. Aunque esta iniciativa ha vuelto a revisarse, hasta la fecha solo se han implementado unas pocas de sus recomendaciones. Cerdá indica que esto es un ejemplo típico de las oportunidades perdidas para mejorar la eficiencia, reducir retrasos y aumentar la capacidad.
Sostenibilidad
Como en otras regiones, la sostenibilidad está presente en todos los desarrollos del sector en la región. Sobre el papel, esta podría convertirse en un importante productor de combustible sostenible de aviación (SAF) gracias a su entorno natural. Aunque actualmente no hay producción, varios países —en particular Argentina, Brasil y México— están estableciendo los marcos adecuados. No obstante, asegurar la inversión e iniciar la producción llevará tiempo.
“Queda un largo camino por recorrer, pero aún hay mucho que los países pueden hacer antes de que el suministro de SAF se acelere”, afirma Cerdá. “Hay muchas mejoras pequeñas que, en conjunto, suman: desde una mejor infraestructura y control del tráfico aéreo hasta maniobras de rodaje más eficientes en ciertos aeropuertos. Aún hay oportunidades claras por aprovechar”.
Integración regional
Se espera que América Latina y el Caribe crezcan un 3,2 por ciento anual hasta 2044. La región se vuelve cada vez más atractiva y, aunque persisten desafíos, las oportunidades están comenzando a predominar. Un ejemplo de ello es el reciente anuncio de China Eastern sobre un nuevo vuelo que conectará Shanghái con Buenos Aires vía Auckland.
“Con colaboración, inversión y una visión compartida, podemos seguir transformando la manera en que las personas y los bienes se mueven por la región”, resume Cerdá. “Hay una clase media en expansión, un turismo en crecimiento y una integración regional más sólida. Tenemos la oportunidad de construir una región más conectada, más competitiva y más inclusiva que nunca”.
“Y eso significaría más empleos, más comercio y más oportunidades para millones de personas”.