El proyecto financiado con fondos de la UE ITAKA ha producido un biocombustible para motores a reacción que se empleará en el principal aeropuerto comercial de Oslo.
El biocombustible para reactores se presentó al público el 22 de enero en un evento celebrado por Avinor, la empresa noruega de gestión aeroportuaria, y presentado por el ministro noruego de transporte Ketil Solvik Olsen.
El acuerdo para emplear el combustible en el Aeropuerto Gardermoen de Oslo es el resultado de la colaboración entre el socio del proyecto ITAKA (Initative Towards Sustainable Kerosene for Aviation) SkyNRG, Avinor y Air BP.
El biocombustible para reactores, producido en el marco de ITAKA, se fabrica a partir de aceite de camelina certificado como RSB y cuenta con la aprobación del comité de sostenibilidad de SkyNRG.
Los beneficios de la instalación del aeropuerto de Oslo
El combustible se suministrará directamente mediante el sistema de distribución de combustible del aeropuerto de Oslo, esto es, se empleará el sistema común de almacenamiento y distribución a fin de prescindir de una infraestructura paralela exclusiva.
Se ha ofrecido el combustible a todas las aerolíneas que operan en este aeropuerto y el Grupo Lufthansa ha sido el primero en confirmar que lo empleará en un futuro.
Tras el anuncio de Lufthansa, SAS y KLM Royal (miembro del consorcio de ITAKA) han sido las siguientes aerolíneas en comprometerse a adquirir el biocombustible. Los socios de ITAKA confían en que este sea el primer paso para la popularización del biocombustible entre otras aerolíneas y aeropuertos en todo el mundo.
Hasta ahora, las aerolíneas que deseaban utilizar alternativas al keroseno tradicional debían transportarlo en un camión cisterna equipado con su bomba de repostaje, con el consiguiente aumento de costes que ello implica.
El nuevo combustible se suministra en Oslo por los conductos tradicionales, un hecho que constata que es posible emplear la infraestructura existente y ahorrar costes logísticos.
El aceite de camelina
Los investigadores de ITAKA consideran que el aceite de camelina es la materia prima sostenible ideal, pues su producción en Europa resulta sencilla y capaz de abastecer la demanda de biocombustible para aviación.
Para no tener que introducir modificaciones en las aeronaves y aumentar el atractivo del biocombustible de cara a su adopción, se logró su conversión mediante el proceso HEFA (ésteres hidroprocesados y ácidos grasos)…