El Gobierno celebra que canceló, en su totalidad, lo adeudado a las aerolíneas nacionales. Sin embargo, quedan pendientes 95% de los compromisos internacionales acumulados desde el año 2013, calculados en 3.500 millones de dólares, aproximadamente.
Ese dígito permanece inamovible, dado que la venta de boletos al extranjero se ha estancado en un claro mensaje: sin el pago de la deuda, el negocio no puede avanzar. Pese a que las reuniones continúan, la Asociación Venezolana de Mayoristas y Empresas de Representaciones Turísticas ve complicado un cambio de panorama para el año 2015.
Además, desde que inició la crisis de las líneas aéreas, la venta de boletos al extranjero se ha contraído en 80%, producto de que las aerolíneas esperan el pago gubernamental para reanudar sus actividades.
En días pasados, el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Claudio Farías, denunció el sabotaje, la especulación y el acaparamiento en la venta de boletos aéreos internacionales, e insistió en fijar los precios de los boletos tomando en cuenta la distancia recorrida.
A su juicio, la falta de cupos en las aerolíneas se debe a que "existen empresas que monopolizan y acaparan los cupos en los aviones a través de las reservas de boletos, algo que es controlado por un organismo internacional".
Como ejemplo, citó la diferencia de precios que existe en un vuelo Caracas-Miami, que en Venezuela cuesta el equivalente a $3.300, en clase económica, mientras que si el viaje se hace desde Bogotá, Colombia, hacia el mismo destino, el pasaje puede costar $650, cuando se recorren las mismas millas.
Para Julio Arnaldes, representante de los mayoristas, es imposible manejar los precios de acuerdo a las millas recorridas, pues los impuestos son diferentes en cada país, así como la imposición de aranceles. "Si no pagan la deuda no se puede tener tarifas competitivas, ni las mismas condiciones que con alguien que es responsable en el pago de sus compromiso"…
