Con un espectáculo nocturno donde anunció al mundo su reapertura al turismo de manera segura, Perú hizo un show transmitido por Facebook con una faceta distinta de su principal atractivo: la ciudadela inca de Machu Picchu.
Tras siete meses y medio sin visitantes, el monumento más emblemático del Antiguo Perú hizo una llamada global para que los turistas vuelvan a maravillarse con la joya arquitectónica de los incas enclavada en las montañas de Cusco, sin temor a aglomeraciones y con las mayores prevenciones para evitar contagios por el coronavirus.
Su reapertura fue a lo grande, con una inédita iluminación que exaltaba la majestuosidad de sus estructuras en mitad de la oscuridad y de la lluvia, y con sus muros como un lienzo sobre el que se proyectaron distintos efectos, como cataratas de agua que caían por sus diferentes niveles.
La personificación de uno de los incas que habitó este recinto escenificó la reapertura con una ofrenda a la pachamama, la madre naturaleza, a la que después se le celebró con distintos bailes folclóricos.
«Para nosotros es un día sumamente especial. Luego de ocho meses muy duros por la pandemia, le decimos al mundo que vamos a volver, y se lo decimos desde nuestro icono más importante», dijo la ministra de Turismo, Rocío Barrios.
El icono más famoso de Perú recibió el sello Safe Travels que otorga el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
«Machu Picchu se reabre para decir que lo estamos reactivando con responsabilidad y suma prudencia, para que cuando el mundo piense en volver, nos tenga en la mente y sepa que Machu Picchu es un destino seguro», expresó la ministra.
Durante las últimas semanas se ha trabajado en un protocolo para reactivar de manera segura Machu Picchu, la joya del sector turístico de Perú, por cuyo recinto, de plazas grandes y pasillos angostos, pasaban hasta 5.000 personas en años anteriores.
Esos atascos de turistas en hora pico tardarán en volverse a ver en Machu Picchu, cuya nueva normalidad hará todavía más exclusiva la visita a la ciudad más universal de los incas.
Ahora solo habrá lugar de momento para un máximo de 30% de los turistas que entraban antes de la pandemia, lo que significa 675 visitantes por día, con un límite por hora de 75 turistas.
La mascarilla será de uso obligatorio durante toda la visita y los grupos están limitados a un máximo de siete personas, quienes deberán mantener durante toda la visita una distancia de dos metros entre miembros del mismo grupo y 20 metros con otros grupos.
Sector golpeado
La reactivación de Machu Picchu era ansiada por los operadores turísticos, cuyo sector fue duramente golpeado por el confinamiento en el que se sumergió el país desde mediados de marzo. Se estima que la economía de Perú sufra un retroceso que alcance el 12% de su producto interior bruto (PIB) al cabo de 2020.
Con el emblema turístico de Perú de nuevo en marcha, este sector que generaba a nivel nacional unos 5.500 millones de dólares en divisas, espera el impulso definitivo para volver a echar a andar. «Es el primer paso», dijo la ministra Barrios a Efe.
Los primeros visitantes de la ciudadela serán peruanos -y unos pocos extranjeros- que en cinco días agotaron los más de 8.000 cupos para acceder gratis a Machu Picchu en los primeros 15 días de noviembre.
Los turistas internacionales tardarán un poco más en llegar, pues recién en octubre Perú reabrió sus fronteras aéreas y, tras estar suspendidas durante seis meses, reanudó rutas regulares con siete países de Latinoamérica (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay y Uruguay).
A partir de noviembre hará lo propio con otros países como Argentina, Brasil, Estados Unidos, México y Canadá…