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Panamá mantiene su atractivo para agentes de carga enfocados en el transporte de mercancías peligrosas

Por su papel en el comercio mundial, el país se ha adherido a las regulaciones impuestas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (IMDG), la Organización Marítima Internacional (OMI) y al Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR), garantizando un transporte seguro.

En respuesta al crecimiento económico y la intensificación de las operaciones logísticas en Panamá y el resto de la región, el transporte de mercancías peligrosas se ha convertido en un desafío clave para garantizar la seguridad pública, la protección ambiental y el cumplimiento normativo.

Aquellos productos o sustancias que, debido a sus características químicas o físicas, pueden poner en peligro la salud, seguridad, medio ambiente o propiedades se consideran mercancías peligrosas; se incluyen también los materiales inflamables, explosivos, corrosivos, tóxicos y radioactivos, pero no están limitados a ellos.

Debido a su rol clave como hub logístico, Panamá es parte de las diversas iniciativas se están implementando para garantizar un transporte más seguro de estas mercancías, entre las que destacan:

Tecnologías de monitoreo: una de las principales ha sido el Internet de las Cosas (IoT), el cual permite un seguimiento en tiempo real de las cargas peligrosas y proporciona datos críticos sobre condiciones como temperatura, presión y posibles fugas, alertando a los operadores ante cualquier anomalía para una capacidad de respuesta ágil y la toma de decisiones informadas. Además, se facilita el registro y la trazabilidad, mejorando la gestión de riesgos y optimizando rutas y tiempos de transporte. El sector está comprometido con la implementación de soluciones que combinan dispositivos IoT y plataformas en la nube, para un control y regulación eficiente de en almacenes de materiales peligrosos, garantizando que se mantengan condiciones óptimas durante el transporte.

Mejora de la infraestructura: Panamá es un punto clave en la dinámica del Comercio Internacional gracias al Canal, a sus salidas hacia el Océano Pacífico y el Mar Caribe, y al Aeropuerto Internacional de Tocumen, lo que ha demandado mejoras de corredores logísticos, especialmente en rutas críticas para el transporte de mercancías peligrosas; sin embargo, se deben utilizar rutas que cuenten con carreteras en buen estado, con la capacidad de soportar el peso y las características de los vehículos especializados, y que dispongan de puntos de parada designados para realizar inspecciones y controles de seguridad.

Cumplimiento normativo: las regulaciones nacionales e internacionales a menudo restringen el tránsito de mercancías peligrosas en ciertos horarios o en zonas específicas, lo que obliga a las empresas a desarrollar planes logísticos alternativos y a coordinar la obtención de permisos especiales, ya tanto las zonas urbanas como las rurales presentan una serie de riesgos asociados a su entorno. El análisis de tráfico y condiciones climáticas también es fundamental, ya que congestiones o climas adversos incrementan el riesgo de incidentes. Por eso, las rutas de transporte deben ser seleccionadas para evitar áreas con alta densidad poblacional o zonas sensibles, como escuelas, hospitales, áreas residenciales y centros comerciales.

Cifras del Banco Mundial indican que para 2023 Panamá experimentó un crecimiento del 6.5%, impulsado por varios sectores entre los que destacan el transporte y la Zona Libre de Colón, lugar donde la compañía argentina, Interborders, inició sus operaciones en junio anterior, haciendo de Panamá su hub logístico.

“El transporte de mercancías peligrosas es fundamental para el desarrollo de la industria y la economía de los países de la región, pero debe gestionarse con un enfoque seguro y responsable. Un transporte que fomenta prácticas sostenibles en la industria, impulsa también la cooperación entre el sector privado y las entidades reguladoras para desarrollar políticas que prioricen la reducción de impacto ambiental y promuevan la seguridad en toda la cadena de suministro”, explica Miguel Vallejos, gerente general de Interborders Panamá.

Garantizando un transporte seguro
El sitio especializado Statista, indica que durante el año fiscal 2023, por el Canal de Panamá se transportaron aproximadamente 285,8 millones de toneladas largas de mercancías, de las cuales un 86,3 millones eran derivados del petróleo, 17,2 de químicos y petroquímicos, 9,4 entre nitratos, fosfatos y potasa, y 3,3 de petróleo crudo, por mencionar algunas consideradas peligrosas.

Según el Acuerdo Europeo sobre el Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR), se clasifican en una escala del 1 al 9, conforme su grado de peligrosidad (ver recuadro: “Clasificación de mercancías peligrosas, según el tipo de peligro”). Además, deben cumplir con normativas específicas que varían de acuerdo con su medio de transporte.

Por ejemplo, a nivel aéreo la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), establece estrictos controles de embalaje, etiquetado y documentación para garantizar la seguridad durante el vuelo; por su parte, el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (IMDG) regula el transporte por mar, con un enfoque en la segregación de mercancías incompatibles y el control de derrames; el ADR es el regulador del transporte terrestre. Todos se implementan en Panamá.

Los tres canales de transporte exigen personal altamente calificado en temas relacionados al conocimiento de las mercancías que transportan y cómo manejar situaciones de emergencia; uso de Equipos de Protección Personal (EPP); protocolos de respuesta ante accidentes o derrames; y familiarización con las leyes y regulaciones aplicables al transporte de mercancías peligrosas…

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