HOTELES

Así es cómo los hoteles de lujo consiguen que sus clientes se dejen una pasta en martinis

Al entrar a The One Barcelona, un hotel con año y medio de vida, uno no se topa con la consabida recepción. A la derecha queda la conserjería, y hay una suerte de bar-cafetería con mesas y sillas a la izquierda. Para el check-in es necesario dirigirse a un pequeño y discreto rincón más allá de los ascensores donde te invitan a tomar algo sentado mientras toman tus datos y te dan conversación. ¿Tan raro es? Cada vez menos. La solución que han encontrado en este cinco estrellas para dar la bienvenida a sus huéspedes tiene que ver con sus reducidas dimensiones (88 habitaciones), pero también con la moda hotelera. Y el último grito en esta industria es conseguir que los clientes se sientan cómodos, con un servicio personalizado y cercano, borrando la idea de esos mostradores altos y funcionales tipo oficina en los que hacer cola.

"En la entrada, nuestro servicio de conserjería está disponible tanto para los huéspedes como para los que vienen a los restaurantes o al spa. Cuando ideamos esta área, pensamos en [el hotelero suizo] Cesar Ritz, quien colocó la conserjería justo en la entrada de sus hoteles, con el fin de coordinar a los botones, porteros, chóferes, etcétera "“dice Vincent Studer, director general de The One Barcelona, propiedad de la cadena H10 Hotel"“. Hemos evitado que el huésped se sienta demasiado impresionado. La altura del mostrador invita a hablar con el conserje y evita el efecto de un profesor detrás de su atril. También tuvimos en cuenta la colocación de la pantalla del conserje en el propio mostrador, para que el invitado pueda ver en ella fotos del restaurante, mapas de la ciudad o el museo que se le aconseja visitar".

Al lobby hay que tratarlo con cariño. Es la carta de presentación de un hotel, allí­ donde el huésped se crea sus primeras impresiones de todo el establecimiento. Los diseñadores están experimentando con conceptos nuevos para ofrecer experiencias únicas y crear la sensación de hogar lejos del hogar. Por eso están reemplazando los mostradores típicos de las recepciones por escritorios con butacas y personal equipado con tabletas electrónicas que invita a los clientes a vino, café o refrescos. La idea es alejarles de sus habitaciones y llevarlos a espacios sociales dinámicos en los que descansar, pasar el rato y tomar algo. Es el lobby como destino, y no como lugar de paso.

Además, un área de recepción estéticamente atractiva puede alentar a los huéspedes a interactuar entre ellos en otras estancias del hotel, lo que genera más beneficios para el propietario. "Si los invita a pasar más tiempo en el vestíbulo y en los espacios de recepción que en la habitación, lo más probable es que gasten más dinero, especialmente en alimentos y bebidas», dice Tamara Ainsworth, cofundadora y directora de MatchLine Design Group, una firma de diseño con sede en Dallas (EEUU)…

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