El presidente de AENA, José Manuel Vargas, hizo ayer un guiño al ‘holding’ IAG al apoyar de forma implícita uno de los puntos más controvertidos y, al mismo tiempo, importantes de su plan de reestructuración para Iberia. A su juicio, resulta «fundamental» que su filial de bajo coste, Iberia Express, culmine su desarrollo previsto en el aeropuerto de Barajas.
La compañía nacida a finales de marzo de 2012 por expreso deseo del consejero delegado del grupo angloespañol, Willie Walsh, tenía previsto disponer de 40 aviones en la base madrileña para finales de 2015, dentro de una expansión progresiva en las rutas de corto y medio recorrido. Sin embargo, debido a la judicialización del conflicto que mantienen la dirección de la aerolínea y su plantilla (en este caso, los pilotos), aún no ha pasado de los 14 aparatos A-320 con lo que se estrenó.
No obstante, Iberia Express ha ido recuperando algunas de las rutas que iba dejando su hermana mayor como, por ejemplo, las conexiones con Berlín -a partir de este mes- y Atenas, dentro del plan de ajuste de costes y despidos anunciado por su dirección hace casi un año. Este verano, en plena temporada turística, ‘sólo’ ha cubierto 22 rutas -las mismas que preveía tener abiertas a finales de 2012-, con 15 destinos nacionales y siete europeos, además de varias conexiones punto a punto entre ciudades españolas distintas a Madrid.
Precisamente en Barajas, y pese a haber ralentizado su plan de expansión, ya es la cuarta aerolínea (de enero a agosto) tanto en número de operaciones (casi 17.350) como en pasajeros transportados (2,16 millones, a menos de 400.000 de Ryanair). Para Vargas, es una prioridad que una compañía «claramente eficiente en costes» como ésta se desarrolle mucho más en Madrid, a imagen de lo que ha hecho Vueling en el aeropuerto de El Prat, con una cuota de mercado del 34,1%. «Iberia Express -explicó- ha sido capaz de absorber el crecimiento que han tenido Ryanair y Easyjet (dos de sus principales rivales en el ‘low cost’), pero luego no ha seguido subiendo».
El Prat, el referente
«Barcelona es un modelo a seguir», abundó el presidente de AENA al ser preguntado sobre las soluciones a la caída del tráfico en Madrid (-14% en volumen de pasajeros hasta agosto frente a la media nacional del -5%, aunque en septiembre moderó ese descenso). Más allá de la caída del consumo nacional por la crisis, muy acusada entre la demanda de Barajas porque la mitad de sus pasajeros son domésticos -desde 2007 a 2013 ha perdido 10,3 millones, si bien ha ganado 400.000 en el flujo intercontinental-, y de la competencia que le hace el AVE -que le ha restado 4,4 millones de viajeros-, también pidió un mayor compromiso de «promoción» a políticos y responsables del aeropuerto.
La tercera gran causa de la mala situación de Barajas, que probablemente termine el año por debajo del 60% de su capacidad de uso -el nivel más bajo desde el estreno de la nueva terminal en 2006-, es la reestructuración de Iberia, que tiene su base en la T4 junto a sus aliados de Oneworld. Ese ajuste ha eliminado 25 rutas que operaba desde Madrid y ha reducido su aportación al tráfico en tres millones de pasajeros…