El aeropuerto internacional Galeao, de Rio de Janeiro, registraba este lunes un flujo estimado de 62.000 pasajeros, 50% más de lo habitual, al día siguiente del cierre de los Juegos Paralímpicos, en una operación especial por la salida de cientos de atletas en silla de ruedas.
Concluidos los once días de competición con la clausura del domingo en el Maracaná, los más de 4.500 integrantes de la familia paralímpica comenzaron a regresar a sus países en los 350 vuelos, entre ellos ocho chárter, previstos para el lunes.
La parte más compleja de la operación era coordinar el embarque de unos 850 deportistas en silla de ruedas, un volumen diez veces mayor al que recibe normalmente el aeropuerto.
Pese al aumento del número de viajeros, la jornada se desarrollaba «normal, sin atrasos ni cancelaciones de vuelos a causa de este flujo diferenciado», declaró a la AFP el servicio de prensa de Rio Galeao.
Para evitar aglomeraciones, las autoridades habían pedido a los pasajeros que acudieran con el mayor adelanto posible, mientras que las compañías abrieron excepcionalmente sus despachos cinco horas antes del despegue de los aviones.
Como ocurrió durante los Juegos Olímpicos de agosto, en la Villa de los Atletas se instaló un «mini aeropuerto», donde los miembros de las 159 delegaciones pudieron registrarse previamente, así como despachar sus equipajes, transportados después en furgones lacrados hasta las aeronaves…