Los pasajeros que aterrizan en el remoto aeropuerto de Ornskoldsvik en el norte de Suecia podrían no darse cuenta de que no hay nadie en el interior de la torre de control.
En cambio, la docena de aviones comerciales que llegan cada día son vigilados por cámaras, guiadas por controladores que observan el video en otro aeropuerto a 150 kilómetros (90 millas) de distancia.
Ornskoldsvik es el primer aeropuerto del mundo que usa esa tecnología. Otros en Europa están poniendo a prueba la idea, al igual que uno en Estados Unidos. Aunque la mayoría de los aeropuertos del mundo tendrán, durante algún tiempo, controladores en el lugar, los expertos anticipan que se acerca la hora de las torres de control… sin controladores. Probablemente se utilizarán primero en aeropuertos pequeños y medianos, pero a la larga los mayores aeropuertos del mundo podrían tener una serie de cámaras montadas en un poste para reemplazar las torres de control de concreto.
Las compañías que construyen estos sistemas remotos sostienen que su tecnología es más barata y mejor que las torres tradicionales.
«Contiene mucha tecnología de cámaras de precisión que pueden hacer lo que el ojo humano no puede», asegura Pat Urbanek, de Searidge Technologies.
Las cámaras esparcidas por el aeropuerto y alrededores eliminan los puntos ciegos y dan a los controladores vistas más detalladas. El espectro infrarrojo puede suplementar las imágenes en condiciones de lluvia, niebla o nieve, y otras cámaras pueden incluir sensores termales para ver si se coló algún animal en la pista de último momento.
Ninguna de estas tecnologías está todavía instalada en el aeropuerto sueco debido a obstáculos regulatorios.
El aeropuerto de Ornskoldsvik es vital para los residentes de esa localidad que quieren viajar a Estocolmo y el resto del mundo. Pero con solo 80.000 pasajeros anuales, no justifica el costo de personal de control de tiempo completo, que representaría unos 175.000 dólares anuales en salario, prestaciones e impuestos para cada uno de seis controladores…