En el centro de innovación del fabricante en Silicon Valley se experimenta con nuevas experiencias de cliente en los vuelos comerciales, o una ‘app’ móvil que convierta los helicópteros en una alternativa de transporte urbano. La cultura digital está a punto de conquistar los cielos.
Los asientos de los aviones pueden ser más o menos espaciosos, y su respaldo más o menos grueso pero por lo demás, la estructura de un avión de tripulantes apenas ha variado en las últimas décadas. ¿Por qué no?
«Podemos innovar tanto o incluso mejor que cualquier nuevo actor del mercado»
Los vuelos en helicóptero continúan siendo exclusivos de los bolsillos más holgados, a excepción quizás de los vuelos turísticos alrededor del Gran Cañón o la Estatua de la Libertad. ¿Y si no fuera así?
La ingeniería aeronáutica ha dado pasos de gigante en los últimos cincuenta años, pero la experiencia de cliente ha permanecido casi intacta. Airbus se ha planteado reformular la forma en que viajamos por el aire, y cuenta para ello con un centro de investigación en San José (California, EEUU), en pleno corazón de Silicon Valley. A pocos kilómetros de distancia se ubican las instalaciones de la Nasa o de Space X, la empresa de transporte espacial fundada por Elon Musk.
Al frente de este laboratorio de ideas, llamado A3, se encuentra el español Eduardo Domínguez-Puerta. «Cada día supone un nuevo reto intelectual», destaca este ingeniero industrial con formación en Stanford, que ha trabajado en Airbus -en España, Francia, Alemania y ahora EEUU- desde diciembre de 2002.
El laboratorio de ideas A3 trabaja actualmente en siete proyectos; tres de ellos son secretos
«Silicon Valley nos aporta cercanía a talento internacional, una cultura de la agilidad y la oportunidad de trabajar de una forma bastante autónoma. La velocidad de la innovación es importante, incluso en un sector donde la seguridad de las personas es crÃtica, como el aeronáutico», asegura Domínguez-Puerta…