Airbus, Rolls-Royce y Shell invertirán en tecnología para acelerar el proceso de transición hacia operaciones sin emisiones de la aviación de largo recorrido, además de exhortar al resto de los actores de la industria a profundizar sus iniciativas y compromisos con la producción de combustibles de aviación sostenibles.
Entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre de este año se llevará a cabo la 26.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que buscará el consenso para acelerar las acciones hacia los objetivos del Acuerdo de París y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En este contexto, en que la cuestión ambiental está en boga, las compañías hacen un llamado de atención a sus colegas para reforzar los esfuerzos.
Según los objetivos de aviación establecidos por la campaña Race to Zero -carrera hacia las emisiones cero- de la Organización de las Naciones Unidas, los planes de descarbonización de la aviación planifican lograr que para 2030 al menos el 10% del combustible utilizado para propulsar aeronaves sea combustible de aviación sostenible -SAF, por su sigla en inglés-, con un incremento que alcance el 100% hacia 2050. La idea de Rolls-Royce, Airbus y Shell es acelerar los plazos de este proceso.
Persiguiendo dicho objetivo, el fabricante de motores de aeronaves anunció recientemente que para el año 2023 todos los modelos de la familia Trent utilizados en aviones de largo alcance serán compatibles para operar con el 100% de SAF. La empresa se comprometió, además, a demostrar para esa fecha que las operaciones con cero emisiones serán posibles con alrededor del 40% de este tipo de aviones en todo el mundo.
Por su parte, todos los modelos de Airbus están certificados para operar con hasta un 50% de combustible de aviación sostenible mezclado con combustible fósil convencional. La compañía se comprometió a lograr la certificación para utilizar 100% de SAF hacia finales de esta década…